Coba

El misterio de Yucatán

En la península mexicana está uno de los más antiguos sitios arqueológicos del país, con una pirámide de 42 metros, que todavía puede escalarse.

En el estado de Quintana Roo, México, en la Península de Yucatán, los circuitos van masivamente a la ciudad amurallada de Tulum. [ Ver fotogalería ]

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A primera vista, podría parecer que todos los sitios arqueológicos son muy parecidos. El turista apurado los resume como un montón de piedras viejas rodeadas de pasto. Sin embargo, para quienes disfrutan del turismo como una oportunidad de entrar en contacto con el pasado, estos paseos son fascinantes.

En el estado de Quintana Roo, México, en la Península de Yucatán, los circuitos van masivamente a la ciudad amurallada de Tulum. Allí se combinan un especial cuidado decorativo de parte de las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia, y el irresistible atractivo de la ubicación a orillas de un mar Caribe esmeralda, mientras inmensas iguanas posan para la foto. Sin embargo, 40 kilómetros al noroeste de allí, otra expresión de la cultura maya precolombina recibe menos visitantes y guarda tanto o mayor interés. Se trata de Cobá, un sitio arqueológico muy diferente.

Tulum demostró su esplendor entre 1200 y 1450, pero Cobá tiene el encanto, que se palpa casi como algo tangible, de contener vestigios mucho más antiguos. Se calcula que hacia 200 d.C. ya era una ciudad, y que su máximo despliegue e influencia se verificó entre 500 y 900 d.C. Decayó, sin llegar a ser abandonada, hacia el año 1000, cuando cobró fuerza otro gigante de la zona, Chichén Itzá, con el que median unos 90 kilómetros de distancia.

Hoy, Cobá permite percibir lo que fue su expandida superficie, conectada a través de un sistema de carreteras llamadas sacbeoob, que posicionan a Cobá como uno de los más importantes centros mayas de Yucatán. Una de las posibles explicaciones para su éxito se apoya en la existencia de dos grandes lagunas en la cercanía (Cobá y Macanxoc), que ofrecieron agua potable, dentro de la zona donde no abundan las fuentes de agua dulce. Así, se calcula que en Cobá habrían llegado a vivir unas 50 mil personas.

En la actualidad, se puede llegar a Cobá desde cualquiera de los puntos que integran la Rivera Maya, y, más específicamente, desde Mérida, Valladolid o Tulum. Ya en Cobá, para completar el recorrido de este sitio arqueológico del que sólo se han hecho excavaciones parciales, se necesitan dos o tres horas de caminata (con una buena dosis de repelente de insectos y agua fresca), o bien alquilar una de las bicicletas que se ofrecen o, incluso, contratar el servicio de bicitaxis que transportan hasta tres personas por vehículo. En Cobá, hay que transitar por los gratos senderos entre la selva, que conducen hacia las diversas construcciones que allí se ocultan.

La más impresionante de las obras de Cobá –nombre cuyo significado podría aludir a agua, humedad, musgo– es la pirámide Nohoch Mul –en maya, nohoch, ‘grande’, y mul, ‘montículo’–. Todavía es posible ascender por los 120 escalones que llevan hasta la cima, a 42 metros. Desde allí, la vista del paisaje es impactante, pues, pese a la deforestación que avanza, en esa zona todo aparece como un frondoso tapiz color verde intenso. Nohoch Mul es la pirámide más alta de los mayas, superando incluso al famoso Castillo de Chichén Itzá.

Otras construcciones que se puede visitar, aunque sin opción a ascenso, son una pirámide más pequeña, conocida como La Iglesia, con un basamento de nueve cuerpos y esquinas redondeadas, y una cancha de pelota, el juego simbólico-cósmico de los mayas, en este caso, formada por dos edificios paralelos. Asimismo, en varios de los grupos arquitectónicos también se observan estelas: algunas con contenido histórico descifrado por los investigadores, otras, con enigmáticos diseños, otras más, con numerosas calaveras. Todo un misterio que el turista observador podrá descubrir y disfrutar si no renuncia a la mirada atenta.

Publicado por Analía Melgar en Diario Perfil.

 

10 Comentarios en “El misterio de Yucatán

  1. Mefistófeles | 12/02/2012 | 22:47

    Aparte, son 114 kms., no 90 ¿ O piensan ir volando en línea recta ? ¡ Jajajajajaja !

  2. Roly Tarrab | 12/02/2012 | 22:56

    Muy buena la explicacion Analia. Le podriamos agregar una leyenda sobre los arboles que se observan en el camino. El arbol malo fue obligado a convivir para siempre cerca del bueno y se los ve siempre juntos. El bueno con un color mas cobrizo y el malo con una savia que si alguien se acerca lastima la piel. Tenemos fotos si las queres ver y la leyenda te la pueden relatar los bicisenderos. Unos grandes sin duda.

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