Un paraíso oculto a kilómetros de Acapulco

Un grupo de turistas fieles regresan cada año a las playas de aguas calmas y temperatura ideal de este balneario por descubrir.

Las playas son pocas, apenas cinco sobre el Pacífico, pero tienen sus turistas de culto, a sólo 8 km de Ixtapa, más lujoso [ Ver fotogalería ]

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¿Por qué Stephen King eligió a Zihuatanejo como el destino final de Andy y Red, los protagonistas de la novela Rita Hayworth and the Shawshank Redemption (Grito de libertad, título en castellano de la versión cinematográfica)?

La pregunta ha ocupado a decenas de lectores y fans del maestro del suspenso norteamericano. Algunos arriesgan que al autor de Misery simplemente le gustaba cómo sonaba el nombre de esta pequeña ciudad mexicana a orillas del Pacífico.

Otros dicen que fue porque Timothy Leary fundó allí el Proyecto Zihuatanejo, una comunidad de experimentación con LSD desmantelada por las autoridades mexicanas en 1963. Sea como fuere, lo cierto es que este balneario sigue siendo, casi como en los 60, una playa de culto alejada –250 kilómetros– del ruido y la adrenalina de Acapulco.

La historia de Zihuatanejo es similar a la de otras ciudades de la costa oeste mexicana, fundadas por los españoles para que funcionaran como campamentos para los mercaderes en ruta a las Filipinas.

De hecho, las palmeras que se encuentran en sus playas fueron traídas por los españoles desde el sudeste asiático. Y a pesar de que muchos creen que “Zihua” –como se la llama localmente– es un adormilado pueblo de pescadores, hasta principios del siglo XX era conocido por su enorme producción de cocos.

En la actualidad, es el destino de un grupo leal de turistas que cada año regresa a sus playas de aguas tranquilas y temperatura ideal –ni fría ni el caldo del Caribe–. La ciudad cuenta con aeropuerto, que conecta diariamente con México DF y Los Ángeles, y también con Ixtapa, un balneario más cosmopolita y lujoso, con gran infraestructura hotelera, ubicado apenas a ocho kilómetros.

Las playas de “Zihua” son básicamente cuatro o cinco, al borde de la Bahía de Zihuatanejo. Las Gatas y La Ropa son las preferidas de los turistas, con arena limpia y clara, palmeras, bares y restaurantes donde se puede degustar un buen margarita en las rocas con camarones empanizados.

Playa Madera no está mal: allí empieza el malecón que lleva a las playas del centro garantizando una linda caminata. Pero al cambiar la marea, por la tarde, sus aguas aparentemente calmas pueden volverse violentas. Los mejores hoteles de “Zihua” –Club Intrawest, La Casa que canta, Brisas del Mar, Amuleto, La Quinta de Don Andrés o incluso el tradicional Irma– dan a la bahía.

En las playas, el ambiente es invariablemente familiar: matrimonios mexicanos con niños, alguna que otra pareja mielera y decenas de jubilados estadounidenses y canadienses, a quienes se distingue de lejos por sus sandalias y pieles arrebatadas luego del primer día sin protector solar.

El inglés se escucha en todas partes, y los restaurantes no son la excepción. Los conocedores evitan los comederos del centro y eligen opciones más intimistas como Rufo´s grill –recomendables sus ribs de cerdo–, donde un señor con guitarra ameniza la velada con bossa y covers de Rod Stewart.

 

Datos

La mejor ruta. Aéreo: Bueno Aires-Ixtapa/Zihuatanjejo. US$ 2.574 por una aerolínea mexicana (escala en México DF). Otra opción es viajar a la capital mexicana y tomar un bus de larga distancia -de siete a ocho horas, dependiendo del tráfico, evitar los feriados-. O alquilar un auto y hacer seis horas a Acapulco por la moderna carretera 95D. De ahí el trayecto se hace lento, pues no hay autopista a Zihua.

Hospedaje. En Zihua, el Hotel Irma (la noche a 294 pesos argentinos a través del sitio de reservas verene.com) tiene vista al mar y bastante buen servicio. Quienes busquen más lujo lo encontrarán en el Hotel Brisas del Mar, en playa Madera ($ 480).

El dato. Cada mes e octubre se realiza la Regata Anual del Río San Jerónimo. Muy convocante.

 

La nota fue publicada en la edición impresa del Diario PERFIL del 31 de marzo de 2012.

 

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