MARRUECOS, TÚNEZ, EGIPTO

Dos días en el Sahara, un viaje hacia el infinito

Travesía desde Ouarzazate, puerta de ingreso al desierto marroquí, hasta Sakkara, ciudad de faraones. Fotos.

Extremos. De mayo a octubre es la mejor época para ir. [ Ver fotogalería ]

Ficha

Región:

Cuánto tiempo ir: días

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Por Eduardo Diana. Publicado en edición impresa de PERFIL.

Al llegar a Marrakech temprano por la mañana, con el sol apenas asomándose sobre las cúpulas de las mezquitas y los mercados, la idea de internarse en las arenas doradas del Sahara se convierte en un imán cada vez más potente. Desde allí se está muy cerca de ese mundo mágico y misterioso, donde reinan las dunas, la soledad y el silencio.

El itinerario por el desierto seguirá luego por Túnez y Egipto. Apenas una pequeña porción de ese océano de arena de más de nueve millones de kilómetros cuadrados, casi el mismo tamaño de China. “Marrakech es el punto de partida de las excursiones que cruzan las montañas del Atlas hasta el pueblo de Ouarzazate, la puerta del Sahara marroquí.

«Para llegar hay que recorrer 600 kilómetros en camioneta hacia el sur por un camino estrecho y peligroso” agrega por experiencia propia el fotógrafo Pablo Cuarterolo. Es un recorrido de más de diez horas, entre pueblitos sin tiempo y tierras áridas.

En Ouarzazate se contratan excursiones de dos días al desierto. El punto de partida es Merzouga, la zona más imponente del Sahara, con dunas de hasta 15 metros de altura. Mientras se bebe té, un hombre de blanco da recomendaciones: usar protector solar de alta graduación, gorro y anteojos; estar siempre calzado para evitar picaduras de escorpiones, y llevar ropa liviana para el día y mucho abrigo para la noche. Un gato blanco y negro se pasea por la casa. Aquí son sagrados.

Tres beduinos conducen por el desierto, y tras dos horas de marcha a lomo de camello se monta una tienda amplia y sencilla para pasar la noche. Varias frazadas en el piso y hamacas colgantes hacen de camas. Por la noche se cena cuscús (guiso con pollo, cebolla, garbanzos y verduras), mientras los bereberes tocan pequeños tambores. Hay luna llena y se camina entre fantasmales siluetas de arena.

A la mañana siguiente se parte hacia un oasis. En las primeras horas del día, el desierto se tiñe de un amarillo intenso. A medida que pasa el día se vuelve dorado, rosa y luego naranja eléctrico, al atardecer. Tras tres horas de trayecto en camello, se llega a un pequeño lago, donde se almuerza bajo palmeras y arbustos. A la noche, cena junto a un fogón, bajo un cielo salpicado de estrellas. Ningún desierto se parece a otro.

El Sahara tunecino sorprende con su variedad de paisajes: montañas, lagos salados, pueblos bereberes colgados de la cima de abruptas colinas y casas troglodíticas cavadas en las rocas. Todo entre dunas.

No hay que viajar muy lejos hacia el sur de la ciudad de Túnez para sumergirse de lleno en el Sahara, donde se entremezclan tres desiertos: el de arena, el de sal y el de piedra. La singularidad de sus paisajes hizo que fuese elegido para películas como “La guerra de las galaxias” y “El paciente inglés”.

En medio de un silencio que abruma, recorremos el desierto en una camioneta 4 X4 entre dunas, oasis, pastores y filas de camellos. También aquí hay tiendas para alojarse. El siguiente punto es la bulliciosa ciudad de El Cairo. Hasta las pirámides de Gizeh hay una hora de viaje en camioneta.

La marcha es hacia el oeste de la ciudad, y de a poco se divisan en el horizonte las siluetas de las pirámides de Keops, Kefren y Micerino. Una caravana de hombres en camellos se está acercando a esos sepulcros de casi 150 metros de altura. Cerca de allí, a 17 kilómetros, bordeando el mar de arenas claras del Sahara egipcio, se arriba a Sakkara, en la ribera occidental del río Nilo.

Allí se encuentra la pirámide escalonada, el monumento de piedra más antiguo del mundo. Se asemeja más a una escalera circular que a una pirámide. Es el cenotafio del faraón Zoser y sirvió de prototipo para las pirámides de Gizeh. Ya empieza a atardecer en Egipto. La imagen deslumbra. Desierto infinito, colosales templos y el ocaso de un sol anaranjado. Un ritual que se repite cada día, desde hace más de cuatro mil años. Un final inolvidable para una travesía dorada.

GALERÍA DE IMÁGENES

DATA

  • Coordenadas. Marruecos, Túnez y Egipto se encuentran en el norte de África, con costas sobre el mar Mediterráneo. Despegar.com ofrece velos ida y vuelta a Marrakech por $ 23.600. En otoño, 25 °C de día y 5 °C de noche. En verano, 45 °C de día.
  • Excursiones. En Marruecos, dos noches en el desierto desde € 150 por persona. Incluye traslados en 4 X 4, guía, una noche de hotel con cena y desayuno, una noche en tienda en el desierto con cena y desayuno y dos horas de camello. Excursión de un día de Marrakech a Ouarzazate, € 40. En Túnez, excursión de un día con visita a pueblos bereberes, mezquitas y desierto, € 50 (traslados, guía y almuerzo). En Egipto, tour de 8 horas a Memphis, Sakkara y Giza, US$ 80 (con guía y almuerzo).
 

3 Comentarios en “Dos días en el Sahara, un viaje hacia el infinito

  1. Yo estuve. Es verdad. Es maravilloso y los Marroquíes personas muy amables y serviciales

  2. susana | 04/04/2014 | 6:23

    Hola , me gustaria hacer un tour parecido en septiembre. A traves de q agencia lo contrataste?

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