MEDIOAMBIENTE / BRASIL

«Oro líquido»: Preocupante escasez de agua en San Pablo a causa del cambio climático

Agua reutilizada una y otra vez, riego de césped restringido, duchas de no más de cinco minutos… La falta de agua empieza a ser más frecuente, mientras la población recurre a estrategias.

Una imagen del pasado 18 de octubre muestra una botella en el lecho seco de la presa Atibainha, que forma parte del sistema que provee de agua a Sao Paulo. El nivel de agua del sistema está por debajo del cuatro por ciento de su capacidad total. Foto: dpa [ Ver fotogalería ]

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La falta de agua, algo que en las grandes urbes suena como lejano en el tiempo y el espacio, se instaló en el día a día de los habitantes de San Pablo, el estado más rico de Brasil. En 68 ciudades de esta región en la que viven más de 44 millones de personas, entre ellas su capital, San Pablola escasez del elemento que en las redes sociales ya se menciona como el «nuevo oro» afecta cada vez más al día a día de sus habitantes, que recurren a variadas estrategias para poder bañarse, limpiar o cocinar.

«Normalmente el agua se corta siempre de noche. Yo llego a las 21:00 (horas) y ya no hay más hasta la mañana (siguiente)«, dijo el comerciante Marco Aurélio Ferreira. Los testimonios ratifican los resultados de un estudio del instituto Datafolha divulgado recientemente: el 60 por ciento de los habitantes de la ciudad y sus alrededores sufrieron cortes de agua una o más veces en los últimos 30 días.

La Compañía de Saneamiento Básico del Estado de Sao Paulo (Sabesp) no habla de racionamiento de agua y solo admite un «posible incremento de incidentes por escasez». «Sabesp entiende que la medida de racionamiento penalizaría a la población», expresó la empresa, citada por la agencia DPA en referencia a los periodos fijos de interrupción del suministro. Pero para los usuarios, los cortes de agua son un racionamiento de facto.

«Estamos en este racionamiento desde enero. Siempre en el periodo de la noche no hay agua, y cuando viene, viene sin presión y no llena el depósito (…) Cuando llamamos a Sabesp, nos dicen que (el corte) es por mantenimiento«, afirmó un vecino de la zona norte de Sao Paulo. Las autoridades adjudican la crisis hídrica a la falta de lluvias asociada a las altas temperaturas, que provocan un incremento en el consumo. Con la sequía, el nivel de la principal reserva de agua de la capital y su región metropolitana -el sistema Cantareira- se ubicó el 21 de octubre en su mínimo histórico: 3.3 por ciento.

No obstante, diversas entidades, entre ellas la Organización de las Naciones Unidas (ONU), rechazaron que la única causa de la crisis sea la falta de lluvias. «El culpable parece ser siempre San Pedro», ironizó la relatora de la ONU para el derecho al agua, Catarina Albuquerque. «Estoy de acuerdo con que la sequía puede ser importante. Pero hay que prever el racionamiento de agua y realizar las inversiones necesarias. La responsabilidad es del Estado, que debe garantizar la inversión en momentos de abundancia«, concluyó la relatora.

La escasez de agua comenzó a revelarse con mayor énfasis en mayo pasado, cuando se empezó a utilizar la primera cuota del llamado «volumen muerto», una reserva de 182,500 millones de litros de agua que, de no llover, se acabará en la primera quincena de noviembre. Existe una segunda reserva técnica, de 106,000 millones de litros, cuya utilización ya fue solicitada al gobierno federal por el gobernador de Sao Paulo, aunque el uso de las reservas técnicas no se recomienda. Según el presidente de la Agencia Nacional de Aguas (ANA), Vicente Abreu, utilizar el «volumen muerto» representa «una pretragedia». «No hay alternativa para Sao Paulo: tiene que llover o habrá que sacar agua del volumen muerto«, constató.

Mientras tanto, la población recurre a creativas estrategias para suplir la falta de agua. En algunos casos, llegan a cavar pozos en terrenos baldíos, en lugares en los que se sabe que hay agua en el subsuelo, o recurren a pozos de agua en desuso. También el agua de las fuentes se convirtió en una opción de consumo, y esto preocupa a las autoridades puesto que no es agua probadamente potable. Ante los cortes de agua repentinos y de duración variada, muchos optan por bañarse en el gimnasio o irse los fines de semana al litoral, como si se tratara de unas minivacaciones. La reutilización del agua, así como su almacenamiento, son a su vez formas de afrontar eventuales ausencias prolongadas del ya preciado líquido. Además, el ahorro -o no- de agua, comienza a generar enfrentamientos entre los vecinos.

 

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