TRADICIONES Y COMPRAS

Los mercados más curiosos para vivir la Navidad en Alemania

Desde el «mercado erótico» de Santa Pauli, en Hamburgo, hasta las competencias de armado de árboles y envoltura de regalos. Hay de todo.

Mercado navideño en la Marienplatz de Múnich. Foto: dpa [ Ver fotogalería ]

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El olor a vino especiado, a almendras y jengibre es sinónimo de mercado navideño alemán, una tradición que regresa cada año a finales de noviembre. Pero además de degustar especialidades regionales, comprar artesanías y disfrutar de conciertos, también hay espacio para propuestas sorprendentes.

VENCER A SANTA CLAUS: A orillas del Elba, la ciudad de Magdeburgo acoge uno de los concursos más estrambóticos de las Navidades, en el que los concursantes deberán derrotar al mismísimo Papá Noel. «Schlag den Santa» se estrena este año y sobre el escenario del mercado de Navidad, los participantes medirán sus fuerzas en disciplinas como decorar árboles, empaquetar regalos o levantar sacos cargados de regalos. Además, se busca también el villancico más estrafalario y la mejor frase o dicho de la temporada. Los ganadores serán coronados el próximo 26 de diciembre.

MERCADO ERÓTICO: Provocador como pocos, el mercado navideño «Santa Pauli», instalado en la famosa Reeperbahn de Hamburgo no es apto para los más devotos. Hasta el 23 de diciembre los curiosos podrán participar en un karaoke porno, pasearse por su carpa de strippers y saludar a sus «ángeles calientes». Todo ello regado con una buena selección de cócteles, la música de los DJs más fiesteros y una desenfadada oferta de productos para regalar por Navidad. (Ver más)

BIO, VEGANO Y SIN GLUTEN: En el barrio berlinés de Prenzlauer Berg, los domingos se pueden degustar salchichas y «Glühwein» (vino especiado) bio, oca de crianza ecológica o productos de comercio justo. En el tradicional Christkindlmarkt de Múnich hay además por primera vez dulces veganos y sin gluten. Y para mantener la coherencia, los puestos reciben suministro energético de fuentes renovables.

BOLAS NAVIDEÑAS GIGANTES: Quienes siempre quisieron saber cómo es por dentro una bola de Navidad, tendrán que visitar el mercado de Ludwigshafen, cerca de la turística Heidelberg. Allí puede verse desde el 21 de noviembre una bola transitable de cinco metros de altura con 20.000 bombillas de LED. Cuenta con dos puertas para poder entrar y salir por ella.

EL ABETO MÁS ILUMINADO: Alrededor de 6.000 luces, por primera vez de LED, iluminan este año el árbol de Navidadmás emblemático de Fráncfort, situado en la bonita Römerplatz. Y no es para menos, pues mide unos 30 metros de altura. ¿El problema? Para conseguir un árbol así, éste tiene que tener en torno a 100 años. «Y sucede como con las personas, que la edad no necesariamente embellece», señala un portavoz de turismo de la ciudad.

COBRE Y CARÁMBANOS: El mercado medieval del palacio de Dresde estará presidido este año por un árbol de cobre. Si el frío acompaña, de las ramas de este peculiar abeto de cuatro metros de altura y hecho a mano manará agua que se congelará formando bonitos carámbanos. Y es que después del incendio que se produjo hace unos años, está prohibido decorar los árboles con velas, como es tradición en Alemania. Además, este abeto tiene una ventaja extra: cada año será más verde, debido a la pátina que se genera al corroerse el cobre.

LA MAYOR PIRÁMIDE NAVIDEÑA: Se encuentra también en Dresde, esta vez en el Striezelmarkt, uno de los mercados navideños más antiguos de Alemania. O eso dice al menos el libro Guinness de los Récords. Su pirámide navideña mide 14,62 metros y alberga 43 figuritas repartidas en sus seis pisos. Esta especie de carrusel elaborado en madera y decorado con distintos motivos navideños es típico de la región de los Montes Metálicos, en la frontera con la República Checa.

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