NATURALEZA

Cara a cara con los reyes de la selva en Chile

Los safaris en un parque de Rancagua son encuentros cercanos con el rey de la selva. Los enjaulados son los turistas. También se ven otros animales hervívoros.

Foto: Cedoc Perfil [ Ver fotogalería ]

Ficha

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Por Verónica Martínez (Diario PERFIL)

¿Alguna vez pensó tener un león caminando y rugiendo sobre su cabeza, apenas separado por los barrotes de una reja? Difícilmente… ¡pero sucede! Y no en las sabanas africanas, sino a 1.630 kilómetros de Buenos Aires, en la ciudad chilena de Rancagua, donde se ubica un parque que propone un safari con leones.

La escena, al menos, es impactante: felinos en libertad y seres humanos enjaulados, quienes, a bordo de un jeep, entremezclan su entusiasmo por la proximidad con estos mamíferos con algunas dosis de inquietud y risas nerviosas.

Situado a una hora al sur de Santiago, el complejo privado Parque Safari realiza tours de veinte minutos aptos -según la empresa- para niños de cualquier edad y también adultos. “No es peligroso, ya que los jeeps cuentan con la seguridad necesaria y se acondicionan tomando el peso de los leones. Es un safari fotográfico donde se asegura que se verán los felinos de cerca. Se respetan su espacio, su instinto y sus horas de descanso”, explica Josefina Hernández, administradora del parque. Para mayor tranquilidad, es bueno saber que los seis leones son monitoreados todo el tiempo y que un equipo de paramédicos trabaja en el lugar.

Sacar los dedos por las rejas o dar de comer a los leones no está permitido en la excursión. Sentir los rugidos, el aliento y la sólida presencia de los carnívoros con melena a unos centímetros de distancia alcanzará para entender quién debe adoptar una actitud sumisa en ese momento. En tanto, los guías llevan trozos de carne que utilizan como cebos para incentivar a los animales a trepar a los vehículos.

El parque, que se inició como un zoológicos en 2006 y dos años más tarde anexó el concepto de safari, también ofrece como atractivo el sector llamado Serengeti, en homenaje a la reserva homónima de Tanzania, donde los herbívoros son los protagonistas. Un tren abierto recorre el predio y los visitantes pueden interactuar y alimentar jirafas, cebras, llamas, alpacas, emúes, avestruces, muflones y ciervos. El último integrante en sumarse al staff fue un nyala, antílope africano que habita en sabanas boscosas.

Una de las grandes preguntas es cómo llegan estos animales a tierras chilenas. “La gran mayoría de las especies son rescatadas de circos por entidades gubernamentales de conservación de flora y fauna”, afirman desde la compañía. En tanto, otros ejemplares fueron comprados a parques de África y a circos, con el objetivo de darles mejor calidad de vida.

Desde hace tres años estamos hospedando a la elefanta Ramba, que fue ingresada al país sin documentos por un circo argentino, luego fue comprada por un circo local y, después de una batalla legal en la que participaron organismos protectores de animales, el Estado la requisó y nos solicitaron que la recibiéramos. Creamos un hábitat para ella, que incluye dormitorio climatizado y una laguna para diversión”.

Parque Safari puede visitarse durante todo el año de martes a domingo, y en los meses de enero y febrero también se organizan safaris nocturnos. La entrada para todas las atracciones cuesta 10 mil pesos chilenos ($ 143 al cambio). También hay un área de juegos interactivos para niños, paseos en canoa, restaurante y tienda de souvenirs.

 

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