Four Corners / EE.UU.

El desconocido reino de la cultura anasazi en Estados Unidos

Los anasazi se vieron obligados a abandonar la región a causa de una prolongada sequía, dejando interesantes ruinas. Fotos.

Excursión por el parque nacional Canyonlands, con sus impresionantes formaciones rocosas. Fotos: dpa [ Ver fotogalería ]

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El reino de la desaparecida cultura anasazi, en la región de Four Corners, atrae a los turistas que en Estados Unidos quieren ver algo más que el Monument Valley y el Parque Nacional de los Arcos. «Los turistas que viajan por Utah, Arizona, Colorado o Nuevo México sólo raras veces se detienen en el lugar donde se unen los cuatro estados federales«, dice el guía Jared Barrett. «La mayoría atraviesa en coche el tramo situado entre el paisaje del Oeste de Monument Valley y los arcos de piedra natural rojiza del Parque Nacional de los Arcos, por lo que se pierden muchas cosas«.

Durante sus años en la universidad, el guía Jared Barrett se dedicó a estudiar la región de Four Corners, que entre los siglos VIII y XIII probablemente era una de las más densamente pobladas de Norteamérica. «Hasta medio millón de anasazi vivían en aquel entonces en las extensas gargantas de Four Corners».

Ya antes de la llegada de los españoles, los anasazi se vieron obligados a abandonar la región, probablemente a causa de una prolongada sequía. Dejaron atrás unas ruinas interesantes desde el punto de vista histórico-arquitectónico, que en su mayoría eran viviendas de adobe instaladas en nichos de rocas o bajo acantilados. Mientras que los complejos de viviendas en el Chaco Canyon o en el parque nacional Mesa Verde se convirtieron hace tiempo en atracciones turísticas, solo pocas construcciones en la región de Four Corners salieron de su letargo.

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El paseo comienza en el distrito Needles del Parque Nacional Canyonlands. La primera parada es Newspaper Rock, en el condado de San Juan, unos 50 kilómetros al noroeste de Monticello. “Hace ya unos 2.000 años, diferentes tribus indias grababan los primeros búfalos, antílopes e imágenes de personas en esta piedra”, explica Jared señalando una gigantesca losa con más de 650 petroglifos. La gran cantidad de dibujos es un indicio de que en algún tiempo aquí había muchísimas personas y animales.

Detrás de la entrada al parque nacional comienza el tramo difícil de la expedición. Durante unas breves caminatas aparecen vistas panorámicas de la confluencia del Green River y el Colorado, y una y otras vez pasamos frente a antiguas viviendas y graneros de los anasazi. Aún más espectaculares son al día siguiente las caminatas al sur del parque nacional Canyonlands.

No se ve un alma por ningún lado. Los agentes inmobiliarios podrían pedir precios muy elevados por una casa en este paraje. Sin embargo, hay un problema con el suministro de agua. La presencia de lechos secos indica que en el pasado debieron de haber existido aquí arroyos y ríos. “Todavía los hay hoy, pero no los vemos”, dice el guía.

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