AUSTRALIA

Brisbane, un tesoro para amantes del arte y la naturaleza

La costa oriental de Australia es un refugio de animales en extinción: koalas, demonios de Tasmania, wallabies… Además, vida casual y meca del arte del Pacífico.

Brisbane es un destino top para conocer y estar en contacto con animales en extinción. La tercera ciudad de Australia no sólo honra la vida silvestre, sino también el estilo descontracturado. Fotos: New York Times / Travel / PERFIL [ Ver fotogalería ]

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Por Ingrid K. Williams (The New York Times / Travel)

 

Con la Costa del Sol al norte y la Costa Dorada al sur, Brisbane es una porción de paraíso del Pacífico del Sur en las costas orientales de Australia. Pero por ser la tercera ciudad del país –por superficie– merece ser un destino por derecho propio. Los fanáticos de las bellas artes y de la música, los amantes de la naturaleza y de los koalas, tendrán muchos motivos para ir. Algunos bares y restaurantes nuevos han agregado sofisticación de gran urbe a esta metrópoli subtropical, pero aún no hay necesidad de cambiar sandalias por calzado formal.

La cálida y hospitalaria capital de Queensland, el estado del sol de Australia, sigue siendo tan relajada como siempre. Una buena forma de conocer la ciudad es empezar en el distrito South Bank, que abraza la margen sur del río Brisbane. El área está llena de atracciones –una curiosa playa artificial, parques ribereños, una rueda de la fortuna–, pero lo más notable es el complejo cultural que alberga dos de los mejores centros de bellas artes de la ciudad: la Galería de Arte Queensland y la Galería de Arte Moderno (QAG y GoMA). Ambas, separadas por unos 137 metros, son coanfitrionas de la séptima Trienal de Arte Contemporáneo Asia Pacífico, un evento que destaca obras de artistas de toda India, Indonesia y Papúa Nueva Guinea.

Llegada la hora de irse, los oficinistas abandonan rápidamente el distrito comercial. Pero «Public» (Planta Alta 1, 400 George St.), un restaurante que abrió el año pasado, ha estado atrayendo gente para que vuelva a la zona al caer la noche. Aunque su ubicación en el segundo piso de un indescriptible edificio de oficinas sugeriría lo contrario, este atractivo restaurante es un sitio elegante para cenar. El menú se inspira en todo el mundo, y las hermosas opciones –wagyu tataki con sake y sésamo, curry de papas hawaianas con coco y litchi– saben tan bien como se ven. La cena para dos, 80 dólares australianos, aproximadamente lo mismo en dólares estadounidenses.

Una ola reciente de inauguraciones de bares ha mejorado radicalmente las opciones para salir de tragos en Brisbane. La ciudad importó un poco de onda estilo Melbourne con la apertura en 2011 de Super Whatnot, un lugar que ofrece una fina selección de cervezas artesanales de toda Australia, incluyendo Tasmanian Moo Brew Hefeweizen y Stone & Wood Pacific Ale, traídas de la vecina bahía Byron.

El río Brisbane, que se mueve por el centro de la ciudad, es una fuente de deleites y algunas inundaciones ribereñas. Pero cuando el río se comporta, el paseo que abraza el borde del agua es un sitio encantador para caminar por la mañana. Empiece en la margen norte, cerca del elevado Puente Story, y pasee tranquilamente hacia el suroeste, pasando frente a embarcaciones que se mecen y jardines botánicos.

Luego de aproximadamente 1,5 kilómetros, tome el desvío sobre el malecón que da vuelta al manglar para tener una perspectiva próxima de las aves y los árboles del hábitat. De camino, tal vez también vea intrépidos escaladores que suben por la cara vertical del acantilado Kangaroo Point, de más de 21 metros de altura, del otro lado del río. Después de un almuerzo al paso, dé la vuelta a la cubierta de observación en la cima del Monte Coot-tha (Sir Samuel Griffith Drive) para vistas impactantes de la ciudad.

A poco más de 11 kilómetros de la cumbre del Coot-tha está el Refugio de Koalas Lone Pine (708 Jesmond Road; entrada US$ 33), que alberga una enorme gama de marsupiales, incluidos canguros, wallabies, osos australianos, demonios de Tasmania, emús y un ornitorrinco. Pero el principal atractivo, por supuesto, son los más de 130 koalas de ojos adormilados que holgazanean en los árboles, mordisqueando hojas de eucalipto, amodorrados en poses divertidísimas. Incluso puede tener en los brazos a uno de estos dóciles animales. ¿Se le antoja acariciar y alimentar a un canguro? Le permitirán hacerlo.

El vecindario Fortitude Valley es el epicentro de la vida nocturna y paisaje de música en vivo de Brisbane. Alrededor de la estrepitosa Brunswick Street hay montones de pubs y clubes callejeros, pero la calidad de muchos es dudosa. Páselos de largo y siga rumbo a Black Bear Lodge (322 Brunswick St). Si se pierde el espectáculo, disfrute de un trago en la barra; está abierto hasta tarde. Al noreste de Fortitude Valley, en el área de Newstead, está Shucked Coffee House (9 Creswell), un insospechado lugar para desayunar oculto entre agencias de autos.

Los sitios para hacer compras, como los mercados de productores y de pulgas y las ventas de maletas en las veredas son la postal urbana de los domingos, en toda la ciudad. Uno de los lugares más interesantes es el Mercado de Diseñadores Jóvenes, que el primer domingo del mes invade la calle Little Stanley Street, en South Bank. Ahí encontrará las obras de la clase creativa de Brisbane en forma de frescos vestidos, libros infantiles de autores locales, ropa interior pintada a mano y collares creados con corbatas de seda de colección.

 

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