MONUMENTO AL HOLOCAUSTO

Selfies en el horror: un fotógrafo invita a reflexionar sobre el Holocausto en Berlín

Miles de turistas caminan entre los monumentos en busca de una buena fotografía que posteriormente subirán a las redes sociales. El lugar conmemora a los millones de judíos muertos en Europa a manos del nazismo.

Imagen: Shahak Shapira [ Ver fotogalería ]

Ficha

El Monumento a los judíos de Europa asesinados (también conocido como Holocaust-Mahnmal o Monumento del Holocausto) se convirtió en un icono de Berlín, la capital de Alemania. Aquellos que visiten la zona en persona se toparán con cientos de turistas documentando el surrealista y silencioso paisaje con sus cámaras y smartphones. Las filas y las filas de concreto, que asemejan tumbas, recrean un ambiente gris y sombrío que despierta la fascinación de los fotógrafos. Pero lo que muchas personas parecen olvidar al recorrer este sitio, es que el lugar es un recuerdo de los 6 millones de seres humanos que fueron brutalmente asesinados por el nazismo.

Actualmente miles de turistas caminan entre los monumentos en busca de una buena fotografía que posteriormente subirán a Instagram, Facebook o Twitter, e incluso a Tinder o Grindr. Cuando el artista y fotógrafo israelí Shahak Shapira notó esta tendencia, se sintió muy perturbado y decidió que tenía hacer algo al respecto. Con el fin de informar a la gente acerca de por qué estas fotos y selfies son inadecuadas en un lugar que debe ser de recogimiento y reflexión, Shapira combinó algunas de esas imágenes publicadas en redes sociales con material visual del Holocausto. Nació así el trabajo que tituló «Yolocaust» y los resultados hablan por sí solos (http://yolocaust.de/).

Imagen: Shahak Shapira

«Durante los últimos años, me di cuenta de un fenómeno interesante en el Monumento del Holocausto en Berlín: la gente lo usa como un escenario para selfies, así que tomé esos selfies y los combiné con imágenes de los campos de exterminio nazis«, explicó Shapira, que vive hace quince años en Berlín y sus abuelos fueron prisioneros en campos de concentración. «Cerca de 10.000 personas visitan cada día el Memorial de los Judíos Asesinados de Europa, muchos de ellos toman fotos, saltan, patinan o andan en bicicleta entre las 2.711 placas de hormigón de la estructura de 19.000 metros cuadrados«.

Imagen: Shahak Shapira

Shapira toma el material para su obra del perfil en Instagram del Monumento del Holocausto de Berlín. Luego, cuando hace el montaje, los etiqueta. En estos montajes aparecen esas mismas personas, pero detrás de ellos hay una pila de muertos, producto del exterminio nazi. Como resultado, una colección de imágenes muy impactantes pero con un mensaje contundente. Por supuesto, el artista no pide permiso a sus autores, pero si alguien le pide que retire una foto lo hace. En una entrevista para la revista alemana Jetzt, el artista explica que con su obra busca que la gente reflexione antes de actual: «No voy a decir lo que puede o no hacer a la gente. Todo el mundo tiene que decidir por sí mismo, pero voy a hacerles pensar. Las imágenes muestran cómo puede olvidarse la memoria (histórica). Muchos ven el memorial nada más como un conjunto de objetos y fotos y menos como un lugar para el ejercicio de la memoria cultural».

Imagen: Shahak Shapira

Ubicado cerca de la Puerta de Brandemburgo, en el corazón de Berlín, el monumento dedicado a los judíos asesinados es un campo de estelas transitable por todos lados. Se trata de una superficie de cerca de 19.000 m² en la que el arquitecto neoyorquino Peter Eisenman colocó 2711 losas de hormigón de distintas alturas (las llamadas estelas) en una rejilla cuadriculada. El terreno es suave pero inclinado de diferentes maneras. Desde los cuatro lados uno se puede sumergir en la estructura por la que se puede transitar por completo, cuyo aspecto en forma de olas se percibe de manera diferente desde cualquier punto. Las losas conmemoran a los millones de personas que murieron o estuvieron internados en campos de concentración, guetos, fábricas de trabajos forzados y otros tantos lugares de detención que se expandieron por toda Europa, desde Francia hasta Rusia, durante la Segunda Guerra Mundial.

Imagen: Shahak Shapira

 

 

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