Eterna Villa La Angostura

Las cenizas del Puyehue cubrieron sus incomparables bellezas, pero hoy es todo un triste recuerdo. Fotogalería.

Ficha

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Redacción Perfil.com / Turismo

La erupción del volcán Puyehue fue el fenómeno natural de mayor trascendencia en la Patagonia en 10 mil años. Sus cenizas cubrieron gran parte de sus incomparables bellezas naturales, sumergiéndolas bajo un manto grisáceo. Llovieron piedras y una nube de polvo cubrió completamente el cielo. Se cerraron aeropuertos, rutas, hoteles. Se suspendió la temporada invernal. Pero hoy es todo un triste recuerdo, muy especialmente en la localidad más afectada, Villa La Angostura, el «Jardín de la Patagonia».

Bordeando el Lago Nahuel Huapi desde Bariloche, esta comunidad de propiedades muy valoradas, mantiene un ritmo más lento que el de sus vecinos, pese a estar al lado de la autopista que conduce a Chile. Ubicada a tan sólo 76 kilómetros de San Carlos de Bariloche, su acceso a los parques nacionales, los deportes de invierno y la «Ruta de los Siete Lagos» hasta San Martín de los Andes hacen de ella uno de los destinos más elitistas.

La villa es una cálida aldea de montaña, característica que se refleja en el tipo de construcciones basadas en el uso de materiales de la zona (piedra, madera, etc.) y fue fundada el 15 de mayo de 1932, con la inauguración de la estación radiotelegráfica Correntoso y su nombre se debe al istmo o angostura de la península de Quetrihué Casi todas sus edificaciones tienen revestimientos de piedras, troncos y grandes ventanales que se adecuan en perfecta armonía con el paisaje predominante del lugar.

La ruta 231 que atraviesa La Villa llega a muchos miradores desde donde se pueden disfrutar inolvidables panorámicas. La mejor, sin dudas, la obtendrá en el Belvedere, que lleva el nombre de uno de los cerros que custodian a esta aldea de montaña (1992 metros de altura). Para llegar, hay que caminar un rato por un sendero que sube a través de un bosque de cañas colihues, lengas y canelillos y flores anaranjadas y amarillas; está a una hora desde el centro, pero vale la pena, ya que tiene la mejor vista del lago Nahuel Huapi y del río Correntoso con el viejo hotel a un costado de la magistral escena.

En la Península Quetrihué -que en lengua mapuche significa «donde hay arrayanes»-, que queda justo al sur del lago, está el Parque Nacional Los Arrayanes, un enclave boscoso conocido especialmente por sus 20 hectáreas de Myrceugenella apiculata, el arrayán, un pariente del mirto con flores blancas y brillantes.

Para llegar al bosque de arrayanes, que está en el extremo sur del Parque, hay que acceder a la mencionada península. Se puede arribar en catamarán -que salen con regularidad de la punta del sur de la península, donde los arrayanes forman parte de los bosques lacustres del parque- o a pie desde el centro de La Villa. Hay varios recorridos, de distintos niveles de dificultad, pero todos pasan por el bosque que ocupa 12 hectáreas. La caminata puede ser autoguiada o con un servicio de guías experimentados.

El tronco del arrayán es retorcido, largo, suave y color canela, con manchas blancas. En este bosque, que es el único en el mundo por la cantidad de ejemplares que congrega y porque se puede transitar, los troncos tienen más de 600 años y entre 8 y 20 metros de altura. El fruto del arrayán es negro y con él los pueblos originarios preparan una bebida que se llama chiba, mientras que con sus hojas hacen una medicina que sirve para calmar dolores musculares y bronquiales. Recomendación: No se olvide de tocar los troncos, que tienen la particularidad de estar fríos en invierno y verano.

Deporte y distinción 

En Villa La Angostura está también el Centro de Esquí Boutique Cerro Bayo (RP 66, Km 6), un excelente -aunque pequeño- complejo para deportes de invierno ubicado a 6 km al sureste de la ciudad. Es pequeño y ha puesto el acento en el servicio al cliente. Se promociona como el único «centro de esquí boutique» del país, con doce kilómetros esquiables (23 pistas) y más de 200 fuera de pista.

En la base se alquilan equipos de esquí y snowboard de primera línea, y también se realizan caminatas guiadas sobre raquetas; canopy, una travesía aérea donde se atraviesa el bosque de árbol en árbol; y Tubing, que consiste en deslizarse por la montaña sobre una goma gigante. En el verano, se puede practicar senderismo, mountain bike y, si se anima, también se puede sobrevolar la zona en parapente o ala delta. Y como en este cerro los chicos son prioridad, hay programas y actividades específicos para ellos, así como una guardería para niños de 0 a 4 años.

El «tour de las cenizas»

Cuando el 4 de junio de 2011 el volcán Puyehue entró en erupción y esparció más de 1460 millones de metros cúbicos de cenizas, arena y piedras volcánicas en las provincias de Río Negro y Neuquén, Villa La Angostura fue una de las localidades más afectadas. Para revertir las pérdidas por la falta de turismo, un operador turístico inventó el «Tour de las cenizas», un programa para visitar la aldea cubierta de polvo volcánico. Todo con el objetivo de levantar el negocio turístico en la localidad y levantar la moral de los pobladores.

Villa La Angostura es también el punto de partida para la Ruta de los Siete Lagos, de 109 km, un carretera con vistas panorámicas que va a San Martín de los Andes, por el sector más al norte del Parque Nacional Nahuel Huapi, y al sector más al sur del Parque Nacional Lanín. Tal como el nombre lo sugiere, la ruta pasa por siete lagos importantes y, aunque la zona no se ha desarrollado mucho, seguramente recibirá muchos más visitantes en el futuro.

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Con información y fotos de la Subsecretaría de Turismo de Neuquén. Más información: www.neuquentur.gob.ar/villa-la-angostura/

 

8 Comentarios en “Eterna Villa La Angostura

  1. Alejandro Ruiz | 19/07/2012 | 1:05

    Hace 8 años que vamos, la estrañamos muchísimo el año pasado cuando no pudimos ir por las cenizas. Las bellezas y la calidez de su gente la convierten en uno de los mejores lugares de la República Atgentina. Este invierno en la primer semana de julio con tanta nieve fue algo que emocionaba hasta las lagrimas, tanta belleza concentrada en un radio tan pequeño. Pensar que hay gente que viaja al exterior y no la conoce, no se la pierdan, las cabañas son un sueño, y el Cerro Bayo increible. todo tiene el encanto de ser a nivel familiar y ser una población pequeña, lejos de las grandes ciudades.

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