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Nuevo museo de Estocolmo rompe mitos sobre los vikingos

Cerca del museo ABBA de Estocolmo, se abre un nuevo centro cultural dedicado a la historia de los vikingos.

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Un museo dedicado a la historia de los vikingos es el último que se agregó a un complejo situado en la isla de Djurgarden, al este de Estocolmo, un lugar turístico que también alberga el popular Museo ABBA. «Hay muchas historias sobre los vikingos. La mayoría son falsas«, dice Ulf Larsson, cofundador del nuevo centro.

«Para empezar, no llevaban cascos con cuernos«, dice Larsson en el museo más reciente de Estocolmo, que muestra, entre otros objetos expuestos, un vikingo de tamaño real hecho a base de restos humanos auténticos, así como un viaje visual interactivo al pasado.

El Museo Vikingaliv intenta despejar malentendidos aprovechando el interés que suscita lo que probablemente es el período histórico más conocido de Escandinavia. «El objetivo es hablar a los visitantes de la gente, no de los objetos«, explica Larsson. El museo centra la atención en historias, no en detalles arqueológicos, y los objetos expuestos deberían generar «un entendimiento sobre el intercambio cultural» en el pasado.

Los visitantes reciben información sobre los diferentes rastros que dejó la era vinkinga, que va de finales del siglo VIII a finales del XI, en la cultura occidental y en algunas regiones de Europa. Por ejemplo, la palabra inglesa Thursday viene de Thor, el dios nórdico del trueno, y la terminación «gate» deriva de la palabra nórdica «gata», que significa calle o camino.También hay innumerables pueblos y ciudades que fueron fundados o poblados por vikingos, por ejemplo la capital de Irlanda, Dublín.

Los vikingos fueron asimismo famosos comerciantes, cuya red de operaciones iba del río Volga y el actual Estambul hasta las costas de Terranova. Sin embargo, los visitantes del museo también reciben información sobre el papel infame de los vikingos como traficantes de esclavos y saqueadores. Uno de los objetos más interesantes es el vikingo de tamaño real reconstruido a base de los restos de un hombre del siglo X hallados en Sigtuna, al norte de Estocolmo.

La exposición incluye también varias pantallas interactivas que exploran diferentes temas, por ejemplo el papel que desempeñaban las mujeres en la sociedad vikinga, lo que comía la gente, piedras con runas y religión. Como parte del espectáculo, los visitantes suben a un carro vikingo para viajar de regreso al año 963 y escuchar a una mujer vieja, Ragnfrid, contando historias del pasado de su familia basadas en fuentes históricas. «Esta saga es algo bastante nuevo para un museo en Suecia», dice su creador, el arqueólogo Mats Vanehem.

Para rematar la experiencia, el museo incluso cuenta con un restaurante con vistas al puerto de Estocolmo llamado «Glod» (ascuas), donde los visitantes pueden comer estofados y salchichas hechos con productos que estaban disponibles «hace 1.000 años», según la restauradora Anna Broms. Se necesita poco más de una hora para ver la exposición. La entrada cuesta 190 coronas (19,50 euros o 21,80 dólares) para adultos. En la web: www.vikingaliv.se

 

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