DESTINO INUSUAL

Bulgaria: «boom» turístico con falta de personal

Los viajeros que eligen Bulgaria como destino aprecian sobre todo la buena relación precio-servicio de las vacaciones todo incluido y las playas de arena fina.

Los balnearios más conocidos -Slanchev Brjag en el sur y Slatni Pjassazi (Playa de Oro) en el norte- surgieron hace 60 años a lo largo de las playas de arena más largas de la costa del mar Negro. [ Ver fotogalería ]

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En el balneario de Slanchev Brjag, de Bulgaria, conocido internacionalmente como «Playa del Sol», el turismo ya está en pleno auge en junio. Debido al riesgo de terrorismo en países marcadamente turísticos como Turquía o Egipto, Bulgaria se ha afianzado como destino alternativo.

Como informamos en esta nota, los países balcánicos están experimentando un verdadero auge del mercado turístico. Puntualmente, los viajeros que eligen Bulgaria como destino aprecian sobre todo la buena relación precio-servicio de las vacaciones todo incluido y las playas de arena fina.

«Los centros turísticos búlgaros son destinos seguros muy solicitados», confirmó la ministra de Turismo, Nikolina Angelkova, en el Parlamento de Sofía. El jefe de Policía regional Shivko Daskalov alaba la buena cooperación entre las fuerzas de seguridad y los hoteles para impedir eventuales actos terroristas.

«Ello incluye la vigilancia de las playas y la formación del personal de los hoteles«, explica Daskalov en el balneario de Slanchev Brjag. Los hoteleros, los dueños de bares y los vendedores de helados y entradas esperan todos una temporada turística buenísima.

La ministra Angelkova calcula que Bulgaria recibirá este año un diez por ciento más de turistas que en el año récord de 2016, cuando 8,2 millones de turistas extranjeros visitaron el país. El Instituto de Análisis Turísticos en Sofía prevé para 2017 un aumento del número de turistas de un 11 por ciento con respecto al año pasado. Los principales competidores de Bulgaria como destino turístico son los países vecinos Grecia y Turquía.

Los balnearios más conocidos -Slanchev Brjag en el sur y Slatni Pjassazi (Playa de Oro) en el norte- surgieron hace 60 años a lo largo de las playas de arena más largas de la costa del mar Negro. Ya no queda rastro del turismo monótono planificado por el Estado comunista en aquel entonces.

Con la transición del país a una economía de mercado, el número de hoteles creció como la espuma. Las viejas instalaciones fueron privatizadas y rigurosamente renovadas. Además, se crearon nuevos centros turísticos, espacios verdes, parques acuáticos y discotecas. Ahora, el cliente es el rey, reza el lema del sector turístico búlgaro.

Sin embargo, el turismo en Bulgaria tiene un gran problema: la falta de personal. «Acabo de comenzar y no sé nada», admite abiertamente una empleada de una agencia de viajes situada en el centro de Slanchev Brjag. En todos los balnearios de la costa se ofrecen empleos.

«Se buscan empleados», dice un cartel en un muro del jardín de un restaurante indio. Debido a los bajos salarios que se pagan en el país más pobre de la Unión Europea, muchos recepcionistas, camareros, cocineros, limpiadoras y socorristas se trasladan desde hace años a países como Grecia, Italia o Malta, donde pueden ganar mucho más.

Ahora, Bulgaria intenta atraer a miles de trabajadores de países no miembros de la Unión Europea, como Ucrania y Moldavia, para cubrir la falta de personal. El Gobierno en Sofía flexibilizó el 1 de junio las normas para la contratación de trabajadores no comunitarios, ya que el turismo es un factor importante para el desarrollo del país. El sector turístico aporta alrededor de un 13 por ciento al producto interior bruto de Bulgaria.

Según cifras oficiales, los ingresos derivados del turismo entre enero y noviembre de 2016 ascendieron a 3.150 millones de euros (3.600 millones de dólares), un aumento del 15 por ciento respecto al mismo período del año anterior. Sin embargo, los ingresos reales probablemente fueron bastante más altos, porque la estadística oficial no incluye la economía subterránea en este sector.

«Estamos ante una mina de oro», aseguró en la televisión estatal el viceprimer ministro Valeri Simeonov. Angelkova, la ministra de Turismo, señala nuevos objetivos, ambiciosos, para el futuro: con su rico legado cultural y buenos vinos, Bulgaria debería convertirse en un destino turístico durante todo el año, también para turistas más exigentes.

 

| Nota publicada el 10 de julio de 2017

 

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