PROVINCIA DE BUENOS AIRES

Buenos Aires, ni tan lejos ni tan cerca

En un radio no mayor de 10 km, cinco destinos ofrecen experiencia gourmet tierra adentro.

ES OTRA COSA. Practicar golf en un entorno que desconoce el estrés, como una estancia en Pilar, tiene otro encanto. [ Ver fotogalería ]

Por Valeria Vizzon (*)

La provincia de Buenos Aires y las más próximas arenas uruguayas también tienen propuestas de lujo, a pocos kilómetros. En esta nota, cinco rutas cercanas para irse de vacaciones.

Los Cardales

A sólo 45 minutos de Buenos Aires, este pueblo rural de unos seis mil habitantes tradujo en barrios cerrados, clubes de campo y countries el enorme impulso inmobiliario que protagoniza desde los últimos años. El 2008 marcó un antes y un después gracias a la construcción del Hotel Sofitel La Reserva Cardales, un resort de lujo de 159 habitaciones y tres bungalows sobre el lago inmerso en 240 hectáreas, donde es posible jugar al golf en una cancha de 18 hoyos, y almorzar o cenar en La Butaca o el exclusivo Montesur Fusión Gourmet.

A la hora de pasear, se imponen las visitas a la estación de tren, en funcionamiento, la iglesia de la Sagrada Familia y la zona Alto Los Cardales, con amplia oferta hotelera y gastronómica.

Pilar

La “Capital Nacional del Polo” no para de crecer, y sus más de cien canchas para practicar este deporte lo corroboran. Pilar combina barrios cerrados, clubes, centros comerciales, sedes de universidades y propuestas gastronómicas con hectáreas ideales para caminatas, cabalgatas, o simplemente sentarse a contemplar los primeros vestigios de la extensa llanura pampeana.

Para ir con los más chicos, es ideal la visita a los tambos de estancias. Para ver polo, el Castillo Pando Carabassa, con nueve canchas dependientes de la Asociación Argentina de Polo. Se brindan clases grupales e individuales de ese deporte para principiantes y avanzados.

Lobos

Una laguna de 800 hectáreas, golf, bautismos de vuelo y la casa donde vivió Juan Domingo Perón son algunos puntos fuertes de Lobos, a 100 km de la capital. En la laguna, a 15 km del casco urbano, se practica windsurf, remo, canotaje y esquí acuático, y se alquilan botes para ir a pescar pejerrey, bagre, boga, carpa y tararira. Los bautismos de vuelo y paracaidismo tienen su sede en el Aeroclub Fortín Lobos, donde también hay una cancha de golf de 18 hoyos y un club house con hogar a leña donde se come a muy buen precio.

Para respirar historia está el Museo y Biblioteca Juan Domingo Perón, con cuatro salas que exhiben objetos del ex presidente. En tanto, el turismo rural deslumbra con las estancias Santa Rita (en el cercano pueblo de Carboni) y La Candelaria.

Máximo Paz

Blanco y ocre son los colores de la fachada de la parroquia San Eduardo, construida en el centro del pueblo por el arquitecto Alejandro Bustillo a mediados de los años 30, regalo de la familia Pereda a la localidad que encontró su razón de ser en torno a las actividades ganaderas de la estancia familiar de 1.200 hectáreas, Villa María.

Su casco de estilo normando, también obra de Bustillo, hoy ofrece hospedaje en 11 suites, clases de polo, tenis y fútbol, y excelente gastronomía que pueden disfrutar tanto los turistas como quienes celebran bodas, cumpleaños y reuniones empresariales. Esta localidad de Cañuelas les debe a los Pereda la llegada del ferrocarril, la Ruta 205, la Escuela Nº 6 y el Club Social y Deportivo Estancia Villa María, durante décadas el único lugar de reuniones de la zona.

Carmelo

Del otro lado del Río de la Plata existe una localidad con playas de arenas blancas y finas. Es Carmelo, un destino pequeño que se hizo conocido en nuestro país con la apertura del multipremiado resort Four Seasons, hace diez años. Este emprendimiento de treinta millones de dólares introdujo el concepto gourmet en la zona: decoración y spa asiáticos, piscinas con cascada y siete opciones gastronómicas.

Carmelo tiene también campo de golf, una bodega boutique, un puente giratorio sobre el Arroyo Las Vacas –que permite el paso de grandes embarcaciones mediante el giro manual–, la Plaza de la Independencia, pesca y paseos por el bosque.

Junto al puente yace la coqueta rambla de los Constituyentes y el Carmelo Rowling Club, muy tradicional en la pequeña ciudad. Desde allí, un arbolado comino conduce al Hotel Casino, el amarradero de yates, la boca del arroyo y la playa Seré.

 

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(*) Nota publicada en el Suplemento Turismo del Diario PERFIL

 

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