El sol brilla casi todo el año y las lluvias son escasas, pero el calor nunca agobia porque está siempre acompañado de la brisa fresca que llega desde los acantilados del noroeste, con piscinas naturales de agua cristalina que se formaron en las cuevas naturales -como Boca pool-, entre el mar profundo y azul. (Fotos: Diario Perfil)

Volver a la nota: Sabores y colores de la mágica Aruba

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

3 × cinco =