INVIERNO EN FRANCIA

Se viene el carnaval en Niza: el mayor acontecimiento de la Costa Azul

La «Perla de la Riviera Francesa» atrae cada año a unos 400.000 visitantes con este espectáculo. Cada año, el carnaval 1.800 puestos de trabajo e ingresa 30 millones de euros en las arcas

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Nota publicada el 5 de enero de 2018

En Niza (Francia) domina el color amarillo durante el mes de febrero. Mientras en otros lugares los días todavía son grises y fríos, en la Costa Azul ya empiezan a florecer las mimosas. Su aroma dulzón se extiende también por el evento más importante de la ciudad: el carnaval. Durante las dos semanas que dura se usan 25 toneladas de las pequeñas flores amarillas.

Este espectáculo único a nivel mundial se llama «Batalla de Flores». Carrozas magníficamente adornadas desfilan por las calles, convirtiéndose en escaparates rodantes de los floristas de la región. Sus maravillosas flores se pueden admirar durante todo el año en el Marché aux Fleurs (mercado de las flores).

El carnaval de Niza, el mayor acontecimiento de la Costa Azul, es conocido en todo el mundo y atrae cada año a unos 400.000 espectadores. La elegante Niza, con su plaza Masséna de tendencias italianas, se convierte en el escenario para bailarinas de samba vestidas con colores alegres, personajes mágicos subidos en zancos, enormes serpientes y las «grosses têtes», cabezas gigantes de los políticos del país. Un espectáculo formidable.

«Lo bonito de Niza es la despreocupación, sobre todo en invierno«, dice Barbara Kimmig, que regenta una pensión cercana a la playa desde hace diez años. El carnaval, que se remonta a una tradición del siglo XIII, celebra precisamente esa ligereza. Unas 20 carrozas, 20 toneladas de papel picado, miles de bailarines y músicos y mucho sol contribuyen a crear un ambiente alegre.

«Siempre es un momento bonito y festivo para el que se trabaja durante 12 meses«, explica Françoise Schmitt. Esta propietaria de un hotel ya jubilada sabe de lo que habla: su hija Catherine va en una carroza desde hace años. Muchos «carnavaliers» trabajan durante casi todo el año en estas obras de arte rodantes, que son diseñadas por caricaturistas de periódicos. Las figuras, que pueden llegar a medir hasta 17 metros de altura y se fabrican con madera, hierro, papel maché, alambre y mucho color, resaltan sobre todo de noche con el «corso» iluminado.

El enorme «rey del carnaval», que se quema de manera festiva al final de cada temporada para volver a resucitar al año siguiente, domina la plaza Masséna. Cada año su majestad Triboulet viste un disfraz diferente según el lema del carnaval. En 2017 apareció como Rey Sol con una bola del mundo en la mano izquierda y un enchufe en la derecha. El tema era «Rey de la Energía» y pretendía dar un nuevo impulso a la ciudad tras el atentado terrorista en el Paseo de los Ingleses.

Niza quería festejar a pesar de las 86 personas que murieron el 14 de julio de 2016 en el paseo marítimo conocido mundialmente. «Hay que celebrar porque la alegría de vivir es parte de nuestra cultura«, dice el vicealcalde y responsable de turismo Rudy Salles. No obstante, la ciudad aumentó las medidas de seguridad para macro eventos, que desde entonces tienen lugar en una zona segura y cerrada. Niza depende mucho del colorido espectáculo, que cuenta con un presupuesto de seis millones de euros, crea 1.800 puestos de trabajo e ingresa 30 millones de euros en las arcas municipales.

«El carnaval es el núcleo central del invierno», dice el respresentante del sindicato hotelero Denis Cipollini. «La ocupación hotelera sube al 70 por ciento entre semana y al 90 por ciento el fin de semana«. Los hoteles de dos y tres estrellas son los más solicitados, mientras que en los alojamientos caros, como el conocido Negresco en el Paseo de los Ingleses, suelen quedar habitaciones libres.

Cuatro quintas partes de los visitantes del carnaval son franceses, el resto viene del extranjero. Los chinos son los que más se entusiasman por el colorido festejo en Niza, la ciudad francesa con mayor número de turistas chinos después de París. El interés es tan grande que la ciudad mediterránea ya ha exportado su carnaval a China: en abril, carrozas y actores desfilan por las calles de Xiamen, localidad hermanada con la metrópolis francesa. Niza ve aquí una posibilidad de promocionarse en Asia como destino turístico.

Además del carnaval la Perla de la Riviera Francesa tiene mucho que ofrecer. «La ventaja de la ciudad es su versatilidad«, dice Kimmig. «Está la playa pero también hay mucha cultura.» Con el Museo Matisse, el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo y el Museo Chagall, Niza es considerada la segunda metrópolis cultural de Francia después de la capital. En febrero también atraen visitantes las numerosas fiestas que se celebran en ciudades vecinas. «Además del carnaval los turistas acuden a la Fiesta del Limón en Menton o a la Fiesta de la Mimosa en Mandelieu-la-Napoule«, revela Cipollini.

Los visitantes suelen permanecer alrededor de una semana en la región. Así lo ha hecho, por ejemplo, Karin Philippi. «Ya hemos visitado una fábrica de perfumes en Grasse y un museo de la aceituna», cuenta esta jubilada alemana que se muestra especialmente emocionada con el clima de Niza, donde ya en febrero las temperaturas son bastante veraniegas. «Parece que estamos en Río de Janeiro«, dice.

Lo que hay que saber

Se llega en avión al aeropuerto Nizza-Côte d’Azur. Desde ahí salen dos autobuses hacia el centro de la ciudad (líneas 98 y 99). En 2018 el carnaval de Niza se celebra del 17 de febrero al 3 de marzo bajo el lema «Rey del Espacio». El desfile floral de carrozas tiene lugar los miércoles y sábados a las 14:30 horas (GMT) y el desfile iluminado los sábados y los martes a las 21:00 horas (GMT). Otros desfiles populares son la Parada Nissarda y la Batalla de Flores en el agua.

 

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