Egipto planifica una nueva capital, moderna y lujosa, en el desierto

Con hoteles de lujo, elegantes barrios residenciales, un aeropuerto moderno o una torre de 345 metros, Egipto espera asombrar al mundo con su nueva capital en pleno desierto.

Ficha

Nota publicada el 8 de enero de 2018

Con hoteles de lujo, elegantes barrios residenciales, un aeropuerto moderno o una torre de 345 metros, Egipto espera asombrar al mundo con su nueva capital en pleno desierto, un proyecto que dista mucho de generar consenso. «Tenemos un sueño», dice Jaled El Husseiny, a quien las autoridades encargaron que presentara el sitio ante una quincena de periodistas extranjeros coincidiendo con una visita oficial.

A 45 km al este de El Cairo, entre las carreteras de Suez y de Ain Sokhna, varios camiones circulan por las vías recién estrenadas a través de una ancha extensión de arena prácticamente virgen. En la obra de la futura sede del Consejo de ministros, los obreros construyen el futuro distrito gubernamental, donde se situará el palacio presidencial, el parlamento, 32 ministerios y varias embajadas.

Anunciada en 2015 por el presidente Abdel Fattah Al Sisi, esta nueva capital empezó a construirse oficialmente en octubre y debería estar operativa en 2019, para acoger progresivamente a más de seis millones de habitantes en unos 170 km2. Las autoridades aseguran que quieren responder a la superpoblación de El Cairo, conocida por sus interminables atascos. Se espera que la población del Gran Cairo, de 18 millones de habitantes en la actualidad, alcance los 40 millones para 2050, según cifras oficiales.
Sin embargo, el proyecto apenas convence a urbanistas e inversores.

Con sus edificios de paredes blancas y grises y los inclinados techos de ladrillo, el primer barrio residencial de la nueva capital se parece a aquellos que ya rondan la treintena de las nuevas ciudades construidas en Egipto desde los años 1960. Inspiradas en el modo de vida estadounidense y del Golfo, están apartadas, suelen ser caras y el transporte público no llega.

Una de las más emblemáticas es la ciudad del Seis de Octubre, construida en los años 1980 y pensada para dar cobijo a seis millones de almas para 2027. En principio, cuatro millones de personas debían vivir en Nuevo Cairo, una ciudad construida a principios de los años 2000 al este de El Cairo, según la Autoridad de las Nuevas Comunidades Urbanas (NUCA). Alrededor de 1,5 millones de cairotas viven actualmente en esta ciudad, donde se domiciliaron bancos y empresas.

«La nueva capital se podría comparar con Nuevo Cairo», considera Ahmed Zaazaa, arquitecto y urbanista de «10 Tooba», un grupo de investigadores que promueve una política urbana alternativa. Con sus alejados centros comerciales y sus calles sin vida, «no es ningún éxito que pueda servir de modelo«. Las autoridades aseguran que el nuevo proyecto es diferente. «Será una ciudad inteligente con tecnologías modernas«, promete el general Ahmed Zaki Abdin, que dirige la entidad encargada de gestionarla, la Administrative Capital for Urban Development (ACUD).

 

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