ÚLTIMA PARTE

En el corazón de África (Parte 4): el cráter de Ngorongoro

Por Sofía Prado | Salvaje, libre de mapas y de esquemas que nunca son los mismos. Viajamos esta vez a tierras africanas, a Kenia y a Tanzania, para dejarnos sorprender y maravillar cada día por lo desconocido, por la espontaneidad de la naturaleza.

Ficha

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Publicado el 2 de julio de 2019

Dejamos atrás la sabana para adentrarnos en las rutas altas tanzanas. Camino entre colinas, tribus maasai que marchan en solitario kilómetros y kilómetros rodeados de jirafas y elefantes que se cruzan en el camino más que autos. De repente camellos se entremezclan con las tribus que pastorean sus cabras en un clima que se parece más a una jungla húmeda que a un desierto o una sabana. Impactante.

Del calor pasamos al frío, a nubes bajas y a aldeas encienden fogones a lo lejos mientras bailan para darles la bienvenida a los viajeros que deseen parar a saludarlos. Es una convivencia perfecta, entre humanos y animales que no se jactan de mapas ni lineas imaginarias. A mi parecer una de las mejores rutas que he conocido.

Pero sin duda la estrella de Ngorogoro es su cráter, con aproximadamente 2.5 millones de años, paredes de casi 600m, 260km2, la caldera de este cráter es la mejor conservada del mundo y para colmo es hogar de al menos 25.000 animales salvajes de distintas especies. Pastos verdes, lagunas, bosques y colores vivos que hacen de un hogar para elefantes, leones, cebras y ñus entre otros. La vida aquí es no necesita de migraciones, el clima es propicio para la estadía durante todo el año.

Descendemos entonces por la ladera del volcán que una vez supo ser más alto que el mismísimo kilimanjaro. Nos despedimos de las jirafas, las cuales no se animan a descender por la ladera siendo las únicas ausentes en la caldera. Y nos adentramos al paraíso.

Búfalos, rinocerontes, hipopótamos, leones, miles de cebras, ñus, avestruces y cientos de clases de aves. Desde los miradores parece simple recorrerlo, pero una vez abajo nos encontramos con kilometros y kilometros para que cada quien tenga su lugar de paz. Bosque para los elefantes, rocas para los leones, hasta lagos repletos de flamencos.

Sin duda una maravilla de la naturaleza, sin duda una maravilla de África.

Leé la serie completa:

– En el corazón de África (parte 1): Maasai Mara

– En el corazón de África (parte 2): Lago Naivasha y Lago Nakuru

– En el corazón de África (Parte 3): Serengueti

 


(*) La autora es Sofia Prado, una fotógrafa documental que hace unos años comenzó un proyecto sobre experiencias alrededor del mundo. Este año, junto con
www.somosmundo.com y www.kobo-safaris.com organizó una expedición para amantes de la naturaleza y fotografía.


 

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