DESTINO: ITALIA

Miramar, el castillo más triste de Europa, donde vive la tragedia de Maximiliano y Carlota

Está en Trieste. La leyenda dice que el espíritu de la emperatriz de México todavía deambula por los jardines del castillo, llamando a su amado Maximiliano, pero para muchos es un enclave romántico.

El castillo de Miramare, cerca de Trieste. Foto: Marco Milani/PromoTurismo [ Ver fotogalería ]

Ficha

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Sus paredes nunca resplandecen, incluso bajo el sol. Así es como el galés Jan Morris, periodista de viajes, describió en una ocasión al castillo de Miramar. Es cierto que hay algo de melancólico en este edificio de piedra caliza blanca construido sobre un espolón en el mar Adriático, en la Bahía de Grignano, a escasos kilómetros del puerto italiano de Trieste -especialmente si se conoce su historia-. Se suponía que el castillo iba a ser un hogar romántico para el archiduque Maximiliano de Habsburgo, hermano del emperador Francisco José I, y su mujer, Carlota de Bélgica. Maximiliano, comandante en jefe de la Armada Imperial, quedó prendado de la ciudad portuaria de Trieste y ordenó la construcción de Miramare en 1855.

Pero la pareja solo vivió allí durante cuatro años, desde 1859 hasta 1863. Luego Maximiliano fue nombrado emperador de México, cargo que ostentó hasta que fue ejecutado en 1867, poco antes del que hubiese sido su 35 cumpleaños. Su esposa la emperatriz Carlota, de 27 años, perdió la cordura y fue trasladada por su familia de Miramar a Bélgica. La leyenda dice que su espíritu todavía deambula por los jardines del castillo, llamando a Maximiliano. El castillo fue transformado en una residencia de verano para los Habsburgo, pero se decía que el recinto traía mala suerte y según Jan Morris, un general británico prefirió dormir en el jardín por miedo a que el castillo lo maldijera.

¿Es Miramar el castillo  más triste de Europa?

Los visitantes pueden ver el lecho nupcial del archiduque Maximiliano y Carlota – la pareja vivió sólo cuatro años en el castillo de Miramar.


Andreina Contessa, directora del museo del castillo, asegura: «No es un lugar melancólico sino abierto, agradable y tranquilo». Sin embargo, confirma que antiguamente existían supersticiones al respecto. «La gente viene aquí porque quiere saber cómo era el nido de amor de Maximiliano y Carlota«, dice la historiadora de arte Alice Cavinato, quien trabaja en el museo. «Todavía es un lugar romántico», agrega.

Lo peculiar de Miramar es que prácticamente todos los muebles y objetos que alberga son los originales. Las señales verdiblancas que indican la salida de emergencia son lo único que ha cambiado en los últimos 150 años, eso y los grupos de turistas que caminan sobre las alfombras de las numerosas habitaciones. Las paredes de la estancia de Carlota están decoradas con papel de seda azul. En una vitrina acristalada pueden verse figuras de porcelana: un ángel, un papagayo. Se diría que el castillo permanece suspendido en el tiempo.

El castillo de Miramar, cerca de Trieste, Italia. 


La fatídica mesa sobre la que Maximiliano firmó el documento que le convertiría en emperador de México, cargo que le llevaría a la muerte, también está expuesta. Irónicamente, Maximiliano nunca vio la habitación más imponente: el Salón del Trono, rojo y dorado. El primer piso no fue terminado hasta 1870, tres años después de la muerte del archiduque. Actualmente, 16 retratos de gobernantes de la época observan a los visitantes desde las paredes.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Miramare fue ocupado por los nazis y después se convirtió en un centro militar de los aliados. El castillo está abierto al público desde 1955. Hoy en día hay que hacer cola para entrar, a menos que se llegue temprano por la mañana. Incluso aquellos que no están interesados en saber cómo vivía la aristocracia del siglo XIX descubrirán la belleza de Miramare. Como su propio nombre lo indica, el castillo ofrece vistas al mar, en concreto al Adriático. sin embargo, está prohibido bañarse, según indica la página web del castillo.

Retrato del archiduque Maximiliano de Austria como Emperador de México en el Castillo de Miramar.


Los magníficos jardines que le rodean son otro motivo para visitarlo. El propio Maximiliano plantó algunas de las especies que albergan. Los jardines son de estilo mixto: italiano e inglés, tal y como lo deseaba el archiduque. La mayoría de triestinos conoce la historia de amor que dio origen al castillo. Una de las guías turísticas de la ciudad afirma: «Siempre decimos que Maximiliano y Carlota fueron felices aquí».

Salón de Carlota de Bélgica en el castillo de Miramare, en Trieste. 


(Publicado el 7 de octubre de 2019)

 

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