LA SEMANA DE LA RIOJA / NOTA II

Tierra de cañones, caudillos y silencio

Las alturas cordilleranas siempre están en el horizonte y los caminos pasan por pueblitos con iglesias antiguas y vecinos amables. Fotos.

Parque Nacional Talampaya [ Ver fotogalería ]

En esta nota conoceremos el corredor de la Costa Riojana, que arranca en Sanagasta, a 80 kilómetros de la capital de la provincia, entre campos de frutales, hortalizas, nogales, pueblos silenciosos y horizonte quebrado. Aimogasta encabeza el departamento de Arauco, zona de plantaciones de olivos y donde se puede probar riquísimas aceitunas. Allí el viajero encontrará buena infraestructura turística, ideal para planificar una parada.

Segunda ciudad de la provincia, Chilecito es un enclave minero que alberga varios museos dedicados a la industria, y la antigua mina de oro «La Mejicana», en el cerro Famatina, a 4.600 metros de altura. Entre paredones rojizos y arbustos propios de suelos áridos, en Parque Nacional Talampaya nos devela un paisaje solemne, suntuoso y de misterio. Un lugar sagrado, donde los pueblos originarios enterraron a sus muertos y dejaron grabadas señales de su cultura. Un lugar donde hace mucho tiempo, más de 200 millones de años, los primeros dinosaurios dejaron sus enormes huellas.

Estos son apenas algunos sitios, elegidos al azar, para planificar un viaje a La Rioja, tierra de cañones, caudillos y pueblos silenciosos…

 

Villa Sanagasta

Este valle, a mil metros de altura, está en el interior de la sierra de Velasco, surcada de Norte a Sur por el río Grande, o río Huaco. Muchhos capitalinos tienen casa de fin de semana allí, y en los últimos tiempos las antiguas fincas dieron paso al turismo. Advertirá un cambio en el clima, mientras a un lado de la ruta se extienden planicies cubiertas por álamos, nogales y olivos y también pinos. En la Casa de la Cultura funciona un mercado artesanal, y el Museo de Arte Contemporáneo regional.

 

 

 

Un comentario en “Tierra de cañones, caudillos y silencio

  1. María Bernarda Perez | 16/09/2012 | 20:06

    ¡Bella provincia!!! Me impactó el ascenso por la Cuesta de Miranda y la súbita aparición de un cóndor que pasó frente a nosotros. La iglesia Catedral tiene un San Nicolás de Bari impactante.¡Linda la Argentina!!!, lástima los gobiernos que pasan y no resuelven los problemas de la gente. En La Rioja vi pobreza, digna en muchos casos, con la resignación de un destino sin cambios, pero pobreza al fin.

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