BAVIERA / ALEMANIA

Largó la «Oktoberfest», la fiesta más grande del mundo

La fiesta de la cerveza tiene su origen en la boda del rey Luis I de Baviera con una princesa germana, hace 202 años. Fotos

Las fiestas, que terminan el 7 de octubre, generan mil millones de euros de facturación para la hostelería de la capital bávara. [ Ver fotogalería ]

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La mayor fiesta de la cerveza del mundo, la Oktoberfest, arrancó la semana pasada en la ciudad alemana de Múnich con la apertura del primer barril que marca el inicio de 16 días de música, tradición y, sobretodo, de consumo de millones de litros de la reina de las bebidas bávaras.

Con el tradicional grito de «O’Zapft is» («¡Ya está abierto!) el alcalde de Múnich, vestido con el traje típico, abrió al mediodía el primer barril de cerveza de la fiesta y ofreció una jarra de un litro (la llamada «mass») al jefe de gobierno regional de Baviera, Horst Seehofer, eufórico.

La lluvia no frenó a los centenares de personas que desde las ocho de la mañana, dos horas antes de la apertura, hacían cola en las principales carpas de la Oktoberfest donde se sirve la cerveza. «Para todos los que van al extranjero, la Oktoberfest es lo primero que reservan, lo primero que quieren hacer», explicó la estudiante californiana Brittany Cowan, de 20 años, de California, luciendo un elegante «dirndl», el tradicional vestido bávaro con un generoso escote de color rosa.

Andreas Maffey, un piloto de avión bávaro de 33 años, está orgulloso de participar en la fiesta. «Tenemos la suerte y el privilegio de tener el mayor festival del mundo a nuestra puerta», explica. «Durante la Oktoberfest reservo cada día mi mesa pero no puedo venir todos los días porque mi hígado no lo soportaría», bromea el piloto, aunque asegura que este sábado tiene previsto beber unos ocho litros de cerveza.

Se prevé que más de seis millones de personas de todo el mundo participen en esta edición, en la que se consumirán unos siete millones de litros de cerveza en las 35 carpas gigantes instaladas en un terreno de 26 hectáreas de Múnich. Algunas de las carpas las alquilan grandes empresas que reciben a sus socios, a sus clientes y a los periodistas.

Para acompañar la bebida, los participantes comerán decenas de miles de bretzels, knodel (masas redondas con carne, sémola o pan) y otros platos típicos de Bavaria. El año pasado, se comieron en la Oktoberfest 118 bueyes y 53 terneras.

Más de 200 años de historia

Aunque la fiesta se celebra desde hace 202 años, la de 2012 es la número 179 porque las dos guerras mundiales, dos epidemias de cólera y la hiperinflación de los años 1920 obligaron a suspender 24 ediciones. Aunque la inflación no tiene nada que ver con la del período de entreguerras, los participantes de este año se han quejado de lo que consideran un aumento vertiginoso del precio del litro de cerveza, que cuesta entre 9,10 y 9,50 euros.

Según indica la agencia de noticias Afp, los últimos diez años el precio de la «mass» (la jarra de un litro) ha aumentado un 43% y existe un movimiento ciudadano que intenta estabilizar el precio alrededor de los 7 euros. Sin embargo, como cada año más turistas del mundo entero viajan a Múnich para vivir esta fiesta tradicional alemana donde los hombre visten los tradicionales pantalones de cuero bordados y las mujeres unas faldas largas y un corsé con escote generoso.

La fiesta de la cerveza tiene su origen en la boda del que iba a ser rey de Baviera, Luis I, con Teresa von Sachsen-Hildburghausen, el 12 de octubre de 1810. Más tarde se adelantó al mes de septiembre, cuando en Baviera hace mejor tiempo. En los últimos años la fiesta se convirtió en un acontecimiento internacional y ahora también se celebra en Australia, Brasil, Canadá, China, Estados Unidos y Rusia. La edición de este año terminará el 7 de octubre.

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