Una ruta de emociones al norte de Brasil

Entre Sâo Luis de Maranhao y Fortaleza, aguarda una travesía. Recorra los Lençois Maranhenses, Barreirinhas y Jericoacoara.

La ruta de las emociones, una aventura increíble en el norte de Brasil. [ Ver fotogalería ]

Ficha

Región:

Cuándo ir: ,

Con quién ir: ,

Ideal para: ,

Por Matías Salgado

La “Rota das Emocoes” es un paseo de diferentes alternativas por la costa ubicada más al norte de Brasil, desde la ciudad colonial de Sâo Luis do Maranhao hasta Fortaleza, en el estado de Ceará. La ciudad de Sao Luis pertenece a uno de los estados económicamente más pobres de Brasil, el estado de Maranhao, también considerado la capital del Reggae. El principal atractivo de este lugar, declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO, es el pintoresco casco histórico con su arquitectura colonial, sus fondas tradicionales y sus mercados populares. Una o dos noches en esta ciudad, antes de comenzar la travesía emocional, son suficientes para comprar algunas artesanías y frascos de conservas, visitar el museo, y degustar el pescado fresco del lugar.

El próximo paso será madrugar para emprender el viaje a uno de los atractivos centrales de la ruta: Os Lençois Maranhenses. Lagunas de agua dulce, provocadas por los diluvios de los primeros meses del año, ubicadas entre dunas de arena. Es una formación geográfica única en el mundo, un paisaje verdaderamente onírico al que sólo se puede llegar en camionetas 4×4 con guías turísticos autorizados, quienes además dirigen la caminata por las dunas y organizan el tiempo para refrescarse en las lagunas.

En cada punto de la ruta hay varias opciones de tours. En los Lençois, por ejemplo, están Os Grandes Lençois, Os Pequenhos Lençois, y la playa de Caburé, que es una pequeña franja de continente con una edificación de 3 o 4 condominios de pousadas que sirven de alojamiento para turistas. De un lado de Caburé está el mar y del otro lado, a 300mts, el río Preguicas. A todos ellos se parte del mismo lugar: Barreirinhas, un pueblito muy chico y humilde donde deberemos alojarnos entre dos, tres y hasta cuatro noches, dependiendo de los tours que elijamos hacer desde ahí, o de las ganas de descansar antes de continuar.

Una vez saciados de dunas, lagunas y playas se puede dar un paseo en bote por el delta del río Parnaíba. Esto es una pequeña muestra amazónica donde lo mejor será relajar la vista y tal vez recordar la película Fitzcarraldo del director alemán Werner Herzog. La noche puede terminar en algún hotel de Parnaíba o en el pueblo de Barra Grande, donde hay más variedad y mejor calidad de alojamientos que en Barreirinhas.

El último tramo del viaje es hacia una de las playas más hermosas de todo Brasil. La reserva natural Jericoacoara, un pueblo playero encantador con mejor clima para los deportes acuáticos que dependen del viento, wind y kite surf, por ejemplo. Y por otro lado la variedad gastronómica: sushi, pastas italianas, cocina francesa, asado argentino, cebiche peruano, además de cocina nativa a base de frutos de mar.

Sin dejar de mencionar los paseos en kayak; las cabalgatas por los alrededores; la visita a la extraña formación rocosa llamada Pedra Furada; los tours a las playas de Tatajuba, a la Lagoa da Torta y a la Lagoa Paraiso; y, la costumbre romántica más característica del pueblo: beber caipirinhas en la “Duna do Por do Sol”.

 

2 Comentarios en “Una ruta de emociones al norte de Brasil

  1. B | 16/01/2012 | 10:19

    Lo hice todo, fabuloso, vayan che…

  2. TERESA | 20/01/2012 | 0:08

    SERIA FANTASTICO PODER CONOCER ESE LUGAR,POR LO QUE SE VE ES PINTORESCO Y AGRADABLE

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

18 − 9 =