Aunque ya se ha derribado el mito de que la Gran Muralla China puede verse desde el espacio, este antiguo muro de protección es uno de los lugares más fascinantes de nuestro mundo, y de una belleza inocultable. Cuando se construyó la Gran Muralla las crónicas hablan de una extensión de más de 8.000 km de largo, desde la frontera con Corea hasta el desierto del Gobi, toda una proeza de la ingeniería que asombró a sus contemporáneos. Y aunque actualmente solo quedan en pie algunos tramos, al recorrerlos es casi imposible que no te embargue la sensación de estar caminando por un pedazo de la milenaria historia de China. La Gran Muralla, una de las siete maravillas del mundo, cruza ríos, pastizales, valles, zonas boscosas y montañas como Qilian Shan. La construcción del emblemático muro se inició en el siglo III antes de Cristo, pero aún se estaba construyendo durante la Dinastía Ming (1368-1644). El otoño es una de las mejores épocas para viajar a China y descubrir los espectaculares paisajes desde los muros de esta faraónica fortaleza. Foto: AFP

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