BRASILIA. Fue en 1960 cuando Río de Janeiro cedió la capitalidad de Brasil en favor de la recién inaugurada Brasilia, una ciudad surgida de la selva y proyectada para albergar las grandes instituciones que condensarían el potencial del país en un área metropolitana en forma de avión, donde los motores ficticios de la nave acogerían los edificios gubernamentales que harían despegar a Brasil. , y el urbanista Lúcio Costa, crearon una de las capitales más jóvenes y modernas del mundo, merecedora a las pocas décadas de su nacimiento de la catalogación de la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Más fotos: Un viaje al futuro de la mano de Niemeyer.

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