Como si se tratase de un muro de Berlín caribeño, una línea imaginaria acordada en 1648 divide la isla de San Martín en dos: Por un lado, Sin Maarten, la parte holandesa, y por el otro St. Martin, parte francesa. Con el lujo como bandera, este territorio de ultramar de los dos países europeos está repleto de boutiques, hoteles de cinco estrellas y casinos. Foto: Flickr/Thiago Dantas Ramalho

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