No es una posada, ni un hotel, pero lo que sí ofrece el Faro de Rose Island, en Newport (EE.UU.), es la oportunidad de vivir como un verdadero vigilante del faro durante un día o una semana. Esto incluye también sus responsabilidades y obligaciones. La primera planta de la casa es un verdadero museo. Ha sido restaurada respetando todos los detalles de los que fue la casa original: desde los muebles hasta las tazas de té. Las instrucciones para ejercer de ‘farero’ se detallan en la segunda planta de la casa.

Volver a la nota: Mitad faros, mitad hoteles

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

1 × dos =