KALAVRYTA, GRECIA. Probablemente uno de los cementerios más tristes del mundo, especialmente por lo que simboliza. A primera vista, sus cipreses protegen como una cúpula verde el seco paisaje montañoso de la península del Peloponeso, pero adentro, protegidas por una enorme cruz blanca, cientos de modestas lápidas repiten una misma fecha: 13 de diciembre de 1943, el día en el que los nazis embistieron su furia contra el pequeño pueblo de Kalavryta, masacrando a todos los hombres y niños mayores de 12 años. Una fecha que allí nadie esta dispuesto a olvidar.

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