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Por antig眉edad, dimensiones y belleza, ninguna medina se compara con la que ofrece esta ciudad de origen medieval. All铆 se puede regatear, comer e incluso dormir. Es de rigor perderse en ella. Foto: Pablo Cuarterolo / Diario PERFIL
23/03/2015. Volver a la nota: Por las callecitas de Fez, el encanto de una vida incesante