Pablo Novak es considerado el último habitante de Epecuén. Vive en una casilla as unos cientos de metros de las ruinas. Muchos lo desacreditan y él sigue luchando por demostrar su pertenencia a esta villa. “Yo ya me acostumbré a que me digan que no soy de acá. Si fuera mas joven, los pelearía pero ahora ya no. Me roban la infancia y me insultan en la cara. Yo vi nacer y morir a esta villa.” Foto: Mercedes Noriega

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