Rogelio Rodríguez, hoy dueño de un local de pizza y empanadas, habla acerca de las enseñanzas de su padre para salir adelante ante las adversidades de la vida. Pero luego de un silencio, parece finalmente confesar un sentimiento bien profundo y oculto: “A mí me gustaría que pase una topadora y no quede nada de Epecuén y que no vayan turistas a ver y tomar como un circo lo que nos pasó”. Foto: Mercedes Noriega
09/11/2015. Volver a la nota: Voces de Epecuén, el pueblo fantasma que resurge de las aguas