Omán mira al mar. Cientos de kilómetros de costa, atrapada entre la cadena montañosa de Hayar y acariciada por las tranquilas aguas del golfo de Omán y el mar Arábigo, han hecho de esta nación un país de marineros, aun cuando el desierto ocupe gran parte de su territorio.

Volver a la nota: La tierra del incienso y Simbad el Marino

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

20 − 9 =