Muy cerca de Carcassone, una joya medieval francesa, encontramos otro pequeño tesoro: Lagrasse. Catalogado como uno de los pueblos más bellos de Francia, cuenta entre sus joyas arquitectónicas con una magnífica abadía de Santa Maria d’Ourbie, cuya fundación se remonta al siglo VIII. El rio Orbieu, que en un primer momento dio nombre a la abadía, atraviesa esta pequeña aldea resaltando aún más la belleza del lugar. Venerables puentes, restos de murallas y antiguas casas de entramado de madera, como la casa Maynard (del siglo XIV), confieren encanto a esta aldea medieval, cuya plaza adoquinada alberga, cada verano, ferias de artesanía y mercados de productos regionales. Foto: AFP

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