VERANO EN LA PROVINCIA DE CORRIENTES

Ríos, palmeras y chamamé

La capital provincial crece en base a renovados servicios, playas, pesca, historia, música y el infaltable tereré. Fotos.

Adorado río. El Paraná brinda una excusa perfecta para reunirse. No sólo por ser un curso de agua venerado por su pesca, sino también por sus playas, las opciones de deportes que ofrece y los apacibles atardeceres mirando hacia la vecina ciudad de Resistencia, ubicada al final del Puente General Belgrano. [ Ver fotogalería ]

Por Analía Melgar (*)

Vida de playa ribereña, jornadas de mate con atardeceres inolvidables, chamamé por doquier, recorridos históricos y religiosos: ¿dónde? En Corrientes capital. Este destino turístico cada vez suena más fuerte y sobre todo, en verano.

La antigua ciudad fundada en 1588 ha sido marcada por adelantados españoles, jesuitas, esclavos africanos y nativos guaraníes. De las construcciones más viejas aún en pie, el Convento de San Francisco es de 1608. Pese a sus reconstrucciones modernas, conserva sus gruesos muros de adobe, tejas coloniales y madera y cañas de la región. Del siglo XVIII son la Casa Molina, hecha con piedras, y la Casa de los Martínez, con su romántico aljibe.

La Plaza 25 de Mayo concentra edificios como la Catedral, el Cabildo y la Casa de Gobierno. El encanto local es la vegetación. Arboles de región subtropical rodean las calles y se adivinan en la costanera sobre el Paraná. Hay palmeras por doquier; con sus flores rosadas, lapachos y palos borrachos; y los abundantes racimos amarillos son del ibirá-pitá. Otra bella zona verde es el Parque Mitre, para caminatas o bicicleteadas, y para detenerse frente al impactante gomero de la India, de unos 200 años.

El plato fuerte de Corrientes está en las aguas del Paraná. Por un lado, imposible de ocultarse, está el Puente General Manuel Belgrano, que conecta en apenas unos minutos con la ciudad de Resistencia. Sus 1.700 metros de longitud, inaugurados en 1973, son la entrada a la capital de la provincia de Chaco, de gran desarrollo en escultura y artes plásticas.

Y sobre las orillas, pasar un día en las playas del Paraná, nadando y tomando mate, aprovechando las instalaciones de los balnearios (parrillas, baños, zona parquizada), es un clásico. En un ambiente familiar y de amigos también se pueden practicar deportes acuáticos. Desde el tradicional remo y canotaje, pasando por la pesca, hasta las propuestas más fashion de ski acuático y windsurf, todo es posible.

Muy cerca de Corrientes hay dos paseos más: Santa Ana y la Basílica de Itatí. A 15 kilómetros de la capital, por la Ruta Provincial 5, se llega a Santa Ana, pueblo tradicional que conserva orgulloso sus calles de tierra y arena, casonas coloniales y una pulpería que funciona desde 1772 y ofrece guisos típicos de la zona, como asado a la olla. Además de sus playas sobre las lagunas Sauce y Abán, la capilla, hecha por manos indígenas en el siglo XVIII, es otro de los atractivos de Santa Ana.

Por su parte, la Basílica Nuestra Señora de Itatí se encuentra a unos setenta kilómetros al norte de Corrientes. Con su cúspide de 88 metros de altura, es uno de esos fenómenos del realismo mágico en América, pues en una población que no alcanza los 10 mil habitantes tiene un templo que alberga 9 mil personas y que llega a desbordarse en cada una de las multitudinarias peregrinaciones. Así, entre tardes refrescadas en el río, el chamamé siempre sonando, recorridos históricos y fervorosas manifestaciones religiosas, Corrientes capital es definitivamente una opción para estas vacaciones.

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(*) Publicado en el Diario PERFIL el sábado 2 de febrero de 2013

 

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