BRASIL / RIO DAS PEDRAS

Refugio en la bahía

En el Club Med más cercano a la Argentina, la mayor preocupación es si se elige cuarto con vista al morro o al mar. Fotos.

Parece magia, o algo inexplicable, pero apenas cruzado el umbral de la entrada al resort, el visitante siente que ha ingresado en otra dimensión, dejándose maravillar por la mística del lugar. Foto: Cedoc Perfil [ Ver fotogalería ]

Ficha

Región: ,

Cuánto tiempo ir: días

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Por Alejandro Bellotti (*)

La sinuosidad del camino se entrelaza con las expectativas que generan la extrañeza, el descubrir, el dejarse sorprender por esa gigantesca fábrica de fantasías conocida como Club Med. Una hora y media, tal vez un poco más, lleva recorrer los 120 kilómetros dirección sur que separan el aeropuerto de Río de Janeiro del resort Rio das Pedras, enclavado en uno de los márgenes de la Mata Atlántica, la segunda reserva ecológica brasileña en extensión.

A este lugar también le dicen Costa Verde, porque las lluvias que llegan todo el año le inyectan vigor a la ya de por sí exuberante vegetación. Son esos típicos chubascos tropicales que barren el polvo, agitan palmeras y pican el mar, pero duran apenas un rato, anticipándose a un cielo limpio e infinito que descubre el sol, siempre abrasador.

Parece magia, o algo inexplicable, pero apenas cruzado el umbral de la entrada al resort, el visitante siente que ha ingresado en otra dimensión, dejándose maravillar por la mística del lugar. Prontos a descender del micro, una nutrida tropa de muchachos jóvenes, radiantes, nos recibe exultante, con cánticos y bailes. Sabremos luego que se trata de los legendarios GO (gentiles organizadores), quienes mantendrán la sonrisa durante toda la estadía.

Es que ellos son la cara visible de una empresa que desde su nacimiento ha sostenido la misma filosofía: el relax, en el más amplio de los sentidos. Tecnología escasa, poco contacto con “la realidad” (hasta hace poco las habitaciones no tenían televisor), dejar de lado las formalidades, y a tomarse un respiro del tedio cotidiano. Así, los huéspedes disfrutan del sol y el mar en armonía y plena diversión.

La bahía donde se ubica el resort se encuentra custodiada por dos morros colosales que de algún modo contienen el lugar. Los distintos solares que componen el complejo resaltan por su diseño colonial, la arquitectura portuguesa típica que tanto abunda en Brasil. Dispuestos en forma de abanico, de manera que algunos “miren” a los morros y jardines y otros al mar, todos se entremezclan con la flora y la fauna autóctonas, las piscinas y el mar, que ruge con cada ola.

Distintas opciones de habitación se ofrecen según necesidades; todas delicadamente decoradas. Para vivir y disfrutar en plenitud las múltiples actividades que ofrece Club Med hay que alojarse varios días. Deportes acuáticos como jet ski o kayak pueden ser una opción para los más intrépidos. Pero también se puede practicar (en muchos casos se ofrecen clases de iniciación) fútbol, tenis, squash, básquet, vóley, arco y flecha o musculación.

Post trauma

Algunos años después de la Segunda Guerra Mundial, Gerard Blitz, un belga de 38 años, tuvo una revelación: conformar una asociación amante del aire libre y la práctica deportiva. Luego de la desazón, había llegado el momento del disfrute. La llamó Club Meditérranée, y puso la piedra basal el 4 de junio de 1950 en Alcudia, una playa en las islas Baleares. Fue un éxito rotundo y no detuvo su marcha jamás.

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DATA

  • Desde Rio das Pedras. das Pedras se encuentra sobre la Bahía Angra dos Reis, en el estado de Río de Janeiro.
  • Cuánto cuesta: viajando hasta el 27 de julio se puede acceder a una tarifa promocional de US$ 214 la noche. Más información en www.clubmed.com.ar.
  • Excursiones: excursión a Río de Janeiro y Pan de Azúcar (US$ 230). Rafting río Mambucaba (US$ 190). Paraty e isla Kontiki, (US$ 240). Plantaciones de café (US$ 280).

 

(*) Desde Rio das Pedras. Nota publicada en Diario PERFIL el sábado 20 de julio de 2012

 

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