Opera, tecno y nudismo: tres planes para descubrir Alemania

Berlín, Munich y Frankfurt ofrecen música, artes plásticas y vida al aire libre. Además, museos con genios de la pintura y el eterno culto a la cerveza.

Un punto central de Munich, como alto representante de la región de Baviera, es la cerveza. Se visita también la Hofbräuhaus am Platzl, cervecería del siglo XVI. Y cada septiembre y octubre, la Oktoberfest recibe más de 5 millones de personas. Fotos: Cedoc Perfil [ Ver fotogalería ]

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Por Analía Melgar (Diario PERFIL)

De los muchos puntos atractivos de Alemania, tres merecen especial atención para el viajero: Berlín, Munich y Frankfurt. La primera, capital del país, impacta por su vida multicultural. Cada verano, un crisol de nacionalidades, con ropajes y peinados disímiles, estalla en cada plaza, bar o lagos cercanos –Wansee, Schlachtensee, Müggelsee y Halensee, entre otros–. Deambulan punks con sus inconfundibles crestas y ropa oscura, vertiginosos skaters y pacíficos rastafaris. Quienes disfrutan de abundantísimos museos circulan silenciosos por la llamada Isla de los Museos, que concentra cinco, que exponen, entre otras joyas, el Busto de Nefertiti (arte egipcio del siglo XIV a. C.) y el Altar de Pérgamo (arte griego del siglo II a. C.).

Excelsos conciertos de música clásica se dan en algunos de los cuatro teatros de ópera con programación diaria: Staatsoper Unter den Linden, la Deutsche Oper, la Berliner Philharmonie y Komische Oper Berlin. Paralelamente, es en Berlín donde se impulsó, y sigue desarrollándose, la movida de la música electrónica. Más llamativo es que en esta ciudad prima la libertad individual, incluso para tomar sol en topless en el céntrico Tiergarten.

Surgida en una zona pantanosa, Berlín requiere sistemas para la evacuación del agua. Grandes tuberías surcan el paisaje urbano, al nivel del piso o varios metros por encima de los peatones. En vez de disimular ese problema, lo pintan de colores estridentes. Hay tours que se organizan siguiendo estos caños, que llegan hasta núcleos históricos, como la cúpula del Reichstag (Parlamento), la Potsdamer Platz y el Museo del Pueblo Judío, donde se erige la impresionante Torre del Holocausto. Historia, arquitectura y diseño son elementos centrales en Berlín. Las dos guerras mundiales y la Guerra Fría se perciben a cada paso, entre otras razones porque muchos edificios destruidos por los conflictos fueron reconstruidos y exhiben su reciente modernidad.

Entre los paseos imperdibles, están la Alexanderplatz –bajo cuyo Reloj Mundial, todas las mañanas, parten recorridos para turistas–, la Torre de Televisión, la Puerta de Brandeburgo, la Catedral de Berlín, el Rotes Rathaus –el Ayuntamiento Rojo– y una caminata por la avenida Unter den Linden (Bajo los Tilos), especialmente perfumada en primavera. Pero Cristina Madero, guía en español, sugiere, además, algunos secretos de esta ciudad: los mercados de pulgas –por ejemplo, el Berliner Trödelmarkt–; el Kreuzberg, barrio turco; el restaurante tradicional Dicke Wirtin; la famosa chocolatería Fassbender & Rausch y la pequeña placita bohemia Savigny Platz.

Berlín fue dos Berlines, antes separadas por el Muro. En varios puntos se recuerda ese pasado de las dos Alemanias: el Checkpoint Charlie y, en la East-Side-Gallery, un trozo del Muro, de 1.316 m, intervenido por 118 artistas de 21 países. Por su parte, en el sudeste de Alemania, Munich, cuya fundación se remonta al siglo XII, tiene una gran oferta en artes plásticas y se abre hacia alternativas de montaña.

Los Alpes Bávaros, en el norte, permiten practicar trekking, escalada, parapente, ski y deportes de invierno. La naturaleza también se disfruta en la céntrica plaza Marienplatz y en el río Isar. En espacios cerrados, la Pinacoteca, dividida en Antigua, Nueva y Moderna, atesora célebres cuadros de Durero. Asimismo, se encuentra el museo automotor BMW. Y un punto central de Munich, como alto representante de la región de Baviera, es la cerveza. Se visita también la Hofbräuhaus am Platzl, cervecería del siglo XVI. Y cada septiembre y octubre, la Oktoberfest recibe más de 5 millones de personas.

A su turno, Frankfurt, capital financiera alemana, deslumbra por sus altos y brillantes edificios, símbolo de su poderío económico mundial. Allí también se puede visitar la casa donde nació Goethe y disfrutar de los armoniosos jardines en las márgenes del río Meno, que se cruzan por los pintorescos Puente de la Paz (Friedensbruecke) y Puente Viejo (Alte Brucke). Sea en Berlín, Munich o Frankfurt, el turista advertirá que el medio de transporte privilegiado es la bicicleta, que puede alquilarse. Para ir entre ciudades alemanas, hay vuelos muy económicos por 10 euros (el precio estándar ronda los 50). Es lindo el trayecto en tren entre Munich y Frankfurt (tres horas y media, con salidas cada hora, desde AR $ 1.300). Para volar a Berlín, Lufthansa (pulcra, puntual, organizada) ofrece una promoción para comprar hasta el 31 de mayo, volando desde Junio hasta Diciembre de este año, por AR$ 17.160, exclusivo en Avantrip. Para hospedarse, un hotel tres estrellas en Berlín, para dos personas, cuesta unos $ 1.300 por noche. Otro formato muy recomendable es alquilar un departamento.

 

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