DESTINOS / ITALIA

36 horas en Siena, un tesoro toscano

La mayor competidora italiana de las grandezas de Florencia se piensa a sí misma como ciudad modelo: siglos de cultura, hermosa y eterna. FOTOS

La mayor competidora italiana de las grandezas de Florencia se piensa a sí misma como ciudad modelo: siglos de cultura, hermosa y eterna. Foto: Diario PERFIL [ Ver fotogalería ]

Ficha

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En muchas formas, Siena no ha cambiado mucho en 800 años. Y eso es bueno. La hermosa plaza principal del siglo XIII, la Piazza del Campo, sigue siendo el corazón físico y simbólico de la ciudad. La carrera de caballos sin montura que se lleva a cabo dos veces cada verano, Il Palio, sigue siendo el acontecimiento más esperado, y las contrade, o asociaciones de vecinos, despiertan tanta confianza como en el Medioevo. Al mismo tiempo, la antigua universidad sigue investigando y embebiendo la ciudad con espíritu joven. Con el paso de los siglos, Florencia, su principal rival del norte de Italia, pudo haber ganado batallas en términos de significado histórico y arte excepcional, pero Siena es decididamente menos turística y más habitable. Sin embargo, durante los últimos años, nuevas boutiques y espacios gastronómicos se instalaron en algunos de los tesoros recién restaurados.

DÍA 1. PATRIOTAS

Siena se ve a sí misma como una ciudad modelo. En ningún lado ese sentido de identidad se exhibe más que en el Museo Civico (entrada, € 8), en la Piazza del Campo. Aquí, en la Sala Della Pace de Ambrogio Lorenzetti, encontrará la Alegoría del buen y el mal gobierno.

Los frescos del siglo XIV muestran un lado de la ciudad en paz y el otro en ruinas con una Siena gobernada por un tirano. Si sube a la torre adyacente, la Torre Mangia, podrá ver que incluso ahora la campiña llega hasta los muros de la ciudad. La Piazza del Campo es la piazza italiana ideal; un enorme y hermoso espacio al que se llega a través de calles serpenteantes que repentinamente convergen frente al exquisito Ayuntamiento de la ciudad.

Las mesas del bar Il Palio tienen unas de las mejores vistas de la plaza. Pocos platos son más toscanos que la bistecca Fiorentina, la suculenta carne asada de la apreciada raza Chianina. Podrá probarla en Enoteca I Terzi (Via dei Termini, € 9). Y la Osteria le Logge ofrece los productos de estación realizados con productos del campo, como ensalada con hongos porcini, taglierini al tartufo y ravioles de calabaza. Podrá cerrar la noche con una grappa o un vino santo en la piazza.

 

DÍA 2. PAN DULCE TODO EL AÑO

El pan dulce de Siena no es particularmente famoso, pero no puede irse sin probar los dos clásicos: panforte y ricciarelli. El primero, con sus especias y frutos secos; el segundo es una galleta a base de almendras con una capa crujiente y toques de miel y vainilla. Podrá probarlos en Nannini (Via Banchi di Sopra, 24), con un capuchino.

Uno de los atractivos de la ciudad es su reciente esfuerzo por restaurar estructuras viejas con elementos modernos. En Santa María della Scala (Piazza Duomo, admisión € 3.50), por ejemplo, una notable estructura construida como hospital en el siglo XI ha sido transformada en un extraordinario complejo que incluye las arduamente restauradas salas de los peregrinos y capilla de la Madonna, junto con incorporaciones como un museo arqueológico, un museo para niños, un bar moderno y una librería.

El Museo dell’Opera del Duomo (admisión, € 6) ocupa parte de la inconclusa catedral de Siena y exhibe la Maestà, un espectacular altar de dos caras diseñado por el gran artista sienés Duccio, trabajo considerado por muchos eruditos como la obra de arte del Medievo tardío más importante del mundo que aún se conserva.

Para el almuerzo podrá conocer los comedores tipo osterías: lugares simples, atestados de amigos y con platos que no paran de salir. Da Trombicche, sobre Via del Terme, ejemplifica el estilo Siena no es particularmente famosa por su vida nocturna, por lo que los locales están emocionados con la llegada de Un Tubo (Via del Luparello, 2), un club con música en vivo que va desde lo clásico hasta el rock. El sitio es para socios, pero los visitantes pueden entrar pagando una cuota de admisión de € 12.

 

DÍA 3. DOMINGO EN EL CAMPO

El domingo es cuando los locales gustan de ir a un pueblo pintoresco de las colinas o a una abadía en ruinas para disfrutar un día de campo. Siga su ejemplo. Escondida en el Palazzo della Chigiana, Antica Pizzicheria (Via di Citta, 93/95) ofrece piernas de prosciutto, salchichas y pimientos picantes colgando del techo. Las ofertas incluyen vinos locales, pan fresco, salchichas de jabalí y pecorino para armar su picnic. Podría dirigirse a San Galgano, una abadía benedictina situada a 40 minutos en automóvil.

Actualmente sin techos, el efecto de ver el cielo brillante desde adentro de lo que aún queda de las paredes es una experiencia evocadora. Si prefiere un pueblo de montaña, el medieval de Monteriggioni es una villa hermosamente conservada con una serie de torres de vigía, y alberga excelentes restaurantes como el Bar dell’Orso (Via Cassia Nord, 23), donde puede comprar deliciosos panini para llevar por € 2, o Il Pozzo (Piazza Roma, 20; entrada € 16), un sitio más formal de la plaza principal de Monteriggioni. Y luego será la hora de partir.

 

COORDENADAS. Siena se encuentra sobre tres colinas en la región de Toscana. La mejor ruta: se puede llegar a Siena en tren desde Roma (Termini). Los tickets cuestan desde € 17,25 y la duración del viaje es de 3 horas. Hospedaje: Campo Regio Relais (Via della Sapienza, 25; la doble desde € 150) tiene una excelente ubicación fuera del eje turístico principal, pero desde ahí se puede llegar caminando a los principales sitios. El panorama del Duomo es un privilegio del huésped.

 

(*) The New York Times / Travel. Publicado por Diario PERFIL

 

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