DESTINO: UCRANIA

36 horas para conocer Kiev, la capital de #Eurovisión2017

Con su propia Catedral, deportes de invierno, bosques intensos y elaborada arquitectura, es una perla por descubrir. El 9 y el 10 de mayo será sede de la 62° edición del festival «Eurovisión».

Después de siete décadas de dominio soviético, Kiev se presenta como una de las ciudades de Europa más vibrantes del siglo XXI. (Fotos: Pixabay) [ Ver fotogalería ]

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Kiev fue el centro histórico cultural de la civilización eslava oriental y el de la cristiandad ortodoxa, algo que se refleja en sus principales monumentos arquitectónicos, la catedral de Santa Sofía y el Monasterio de las Cuevas (Kiev-Pechersk Lavra), ambos declarados como dos de las siete maravillas de Ucrania y el segundo también como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Este año la atención de los ‘eurofans’ se centrará en la capital ucranianana los próximos días 9 y 11 de mayo, cuando se celebrarán las dos semifinales, y sobre todo el sábado 13, momento en el que tendrá lugar la gran final del concurso.

Después de siete décadas de dominio soviético, Kiev se presenta como una de las ciudades de Europa más vibrantes del siglo XXI. Con un próspero paisaje de arte contemporáneo, una nueva generación de chefs que abordan con innovación la cocina ucraniana y una delirante vida nocturna, es un imán de fin de semana para los europeos y rusos amantes de la moda.

En una ciudad que tiene suficientes catacumbas antiguas, iglesias y monumentos, hay que rechazar la tentación de pensar en Kiev como “cuna de los eslavos” con estereotipos de austeridad. Para empezar, la ciudad luce como si hubiera sida pintada como huevo de pascua ucraniano, con edificios de colores brillantes y domos dorados que relucen en las colinas sobre el río Dnieper. Y luego están los residentes, con sentido del humor y ganas de divertirse.

 

VIERNES: LA HISTORIA

La plaza Independencia, con forma de estadio, es el centro neurálgico tradicional de la ciudad y encapsula gran parte de la historia de Kiev. Edificios de zares y estalinistas representan lo viejo, mientras que Globus, el lujoso centro comercial enmarcado por vidrio, y McDonald’s imponen lo nuevo.

La deidad eslava Berehynia se alza sobre una elevada columna que reemplazó un monumento a Lenin. Con una taza del café local, Obolon, empápese de la atmósfera: artistas callejeros, estudiantes, vendedores y manifestantes políticos. Aquí sucedió la Revolución Naranja que trajo al país el cambio democrático, en 2004.

Los bulbosos domos dorados y verdes de Santa Sofía dominan el horizonte. La iglesia del siglo XI fue construida para que rivalizara con Hagia Sophia, en Constantinopla, y lo logra. Por dentro, se siente como una cueva medieval, con incienso flotando en el aire, dramáticos rayos de luz entrando por diminutas ventanas y monjes en levitas negras yendo a toda prisa de un lado a otro entonando oraciones acompañadas del coro a capela que ha hecho famosos a los ucranianos.

Luego de la vida espiritual, cena. Los deliciosos platos eslavos de Tsarske Selo (42/1 Calle Ivan Mazepa): casi todo en salmuera, borscht, las tradicionales carnes asadas que se llaman shashlik y pollo a la Kiev. También hay variedad de gorilka –vodka ucraniano–. Una cena de tres platos, sin bebidas, 390 hryvnas (US$ 50).

SÁBADO: LOS HUESOS

El Kievo-PecherskayaLavra (9 Calle Lavrska) fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Los peregrinos llegan a este monasterio con fotos de santos colgando en el cuello. La dorada Catedral Dormition, del siglo XI, fue reconstruida luego de su destrucción en la Segunda Guerra Mundial.

Todo un tablero de ajedrez en la cabeza de un alfiler y un motor mecánico funcionando son algunos de los pequeños milagros creados por Mykola Syadristy, un artesano famoso en toda la ex Unión Soviética. Sus miniaturas se exhiben bajo microscopios en el Museo de Microminiaturas, al lado de la catedral.

Desde el monasterio, una caminata de diez minutos lleva al tremendo Museo Nacional de Historia de la Gran Guerra Patriota: exhibe guantes y jabón fabricados con los cuerpos de las víctimas de los campos de concentración.

Los ucranianos son los italianos de Europa oriental en lo que respecta al amor por la buena comida. El venerable mercado central de alimentos BesarabskyRynok, construido en 1912, semeja una estación de tren victoriana con puestos de quesos, caviar rojo y negro, jabal, borscht, vodka y demás gustos locales.

Hasta las 21 hay tiempo de llegar hasta el Centro de Arte Pinchuk, creado por un multimillonario acerero. La instalación más provocadora es el baño del quinto piso, una casa de la risa iluminada con luces de neón y espejos y ventanas que proveen furtivas miradas entre los baños de hombres y mujeres.

DOMINGO: EL DNIEPER

Los expertos de The New York Times recomiendan la isla Trukhanov, con encantadora playa y buenas vistas de la ciudad, es el sitio favorito para el fin de semana en Kiev. Nadar en el Dnieper tiene sus riesgos, dado el fluctuante nivel de contaminación. Pero la verdeante isla se ve como un sitio de ensueño.

 

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