ECLIPSE SOLAR DEL 2 DE JULIO

Con el ‘astroturismo’ en auge Chile es testigo privilegiado del eclipse solar

Los despejados cielos que cubren el desierto de Atacama, el más árido del mundo, convirtieron a Chile en el epicentro de la astronomía mundial.

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Publicado el 1 de julio de 2019

Chile será testigo privilegiado el próximo martes 2 de julio del evento astronómico del año: un eclipse total de sol que oscurecerá por completo dos regiones del norte del país, que se preparan desde hace meses para acoger a una avalancha de turistas. En pleno Valle del Elqui, en la región de Coquimbo -a unos 500 km al norte de Santiago-, la ciudad de Vicuña es uno de los sitios donde mejor se verá este fenómeno astronómico. Se trata de un pequeño poblado donde nació la escritora y premio Nobel chilena Gabriela Mistral y que se prepara desde hace años para recibir a los miles de turistas que llegarán ese día.  «A nivel comunal y empresarial, llevamos desde el año 2015 preparándonos para este día. Ha sido un trabajo largo y arduo para recibir de la mejor forma a todos», declaró Alejandro Miranda, subgerente de la Corporación de Turismo de Vicuña, una tranquila localidad que este domingo lucía ya colmada de turistas.

Las autoridades locales esperan que el día del eclipse entre 150.000 y 180.000 personas lleguen a esta localidad de unos 27.000 habitantes, donde se establecieron dos sitios oficiales de observación: la llamada Pampilla de San Isidro, donde habrá cocinerías, bandas de música y juegos infantiles, y el sector de la ribera del río Elqui. «Hay mucha expectación; la gente está pendiente de lo que está ocurriendo aquí. Este es un evento histórico en la región», dice por su parte Catalina Henríquez, que realiza tours astronómicos en la zona.

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Las reservas hoteleras en Vicuña -al igual que en las ciudades de La Serena y Coquimbo- están copadas desde hace meses. El día del eclipse se espera que las frecuencias aéreas se tripliquen en el aeropuerto local y unos 100.000 vehículos ingresen a la región. Junto a la vecina Atacama, las autoridades esperan que en total más de 300.000 turistas, científicos y cazadores de eclipses se desplacen hasta estas dos regiones de Chile para observar el único eclipse total del año, también visible parcialmente en otros países del Cono Sur.

Una oportunidad imperdible

El fenómeno se iniciará a las 13.01 del océano Pacífico y su sombra de oscuridad total –de unos 150 km– alcanzará las costas chilenas a las 16.38 hs, para luego cruzar por el sureste a Argentina, de acuerdo con la Fundación Chilena de Astronomía. Serán un poco más de dos minutos de oscuridad total en pleno día, en los que se espera que la temperatura descienda entre tres y cuatro grados, ante el asombro de las miles de personas que quedarán bajo esta sombra.

«Se habla de tantas cosas de ese momento, del hecho científico en sí y de todo lo esotérico. No se sabe cómo se va a reaccionar en ese momento», dice Matías Badilla, un estudiante de 19 años, quien junto a su familia se preparó por siete años para vivir este momento. «Era algo que teníamos planificados desde hace muchos tiempo (…) Somos una familia que disfrutamos mucho todo lo que pueda ser de ciencia y difusion; entonces, para nosotros poder verlo de tan cerca y en un lugar tan lindo era una oportunidad imperdible», agrega, mientras recorre la abarrotada plaza de Vicuña.

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En Santiago, la penumbra llegará al 92%, por tanto este fenómeno también se espera con expectación en la capital chilena. La mayoría de los colegios dejará salir a los niños más temprano, mientras que algunas empresas anunciaron que permitirán que sus empleados salgan a la calle a observar el fenómeno. En los últimos días, se intensificó en Santiago la venta de lentes especiales para ver el eclipse, que fueron repartidos gratuitamente en las regiones del norte del país.

A los pies del Observatorio de La Silla, ubicado a 2.400 metros de altura y operado por el Observatorio Europeo Austral (ESO) se concentrarán, en tanto, las actividades oficiales. Hasta allí llegarán el presidente Sebastián Piñeña y varios de sus ministros para observar el eclipse, junto con invitados especiales, entre ellos una treintena de alumnos de colegios de la zona. Por la parte científica, el observatorio aprovechará el fenómeno para desarrollar siete propuestas de observaciones astronómicas. Pues, desde la organización destacan que «es muy poco frecuente que un eclipse solar se produzca sobre un observatorio científico profesional con grandes telescopios». La naturaleza sigue jugando a favor de Chile. Los pronósticos muestran que habrá cielos despejados el próximo martes en el norte del país, mientras que el 14 de diciembre de 2020 otro eclipse total de sol será visible en el sur del país.

El país con los mejores cielos del planeta

Las más de 300 noches despejadas al año convierten a Chile en un destino único para observar sus cielos. Con una oferta que va desde pequeños telescopios hasta la visita a los más grandes centros astronómicos, el astroturismo es cada vez más popular en la «capital mundial» de la astronomía. En los alrededores de la ciudad de Vicuña, a unos 450 km al norte de Santiago, el observatorio Mamalluca está, una noche más, colmado de turistas, preludio del eclipse total de sol del 2 de julio, que oscurecerá por completo los cielos en esta región del país.

«El boom que existe ahora no es solo por el eclipse, sino por todo lo que significa tener los principales centros de investigación astronómicos en Chile», dice Pablo Lara, director del observatorio Mamalluca (o «Madre que cobija» en lengua quechua), que recibe hoy más de 60.000 visitas al año, duplicando lo que recibía hace cinco años. En pleno Valle del Elqui, alejado de la ciudad y casi sin contaminación lumínica, el observatorio público fue construido en 1995, constituyéndose en pionero en desarrollar en Chile el concepto de astroturismo. Hoy mantiene prácticamente repletas las reservaciones para los cuatro tours de dos horas que ofrece en verano y tres en invierno.

«Es maravilloso, porque aparte de poder ver la flora y fauna que tenemos, podemos ver lo que está sobre nosotros. Siempre vemos lo que está debajo o en el horizonte pero lo que está sobre no se puede, ¡entonces verlo ahora es guau!», dice entusiasmada Vanessa Arancibia, una turista chilena que acaba de terminar de hacer el tour, centrado esta noche en la observación de Júpiter y varias constelaciones de estrellas.  «Nunca había visto el cielo en un lugar como este (…) es el mejor lugar para ver las estrellas y lo recomiendo», dice por su parte Mie Thorsen, de nacionalidad noruega, sobre la posibilidad que ofrece el observatorio de ver las estrellas a través de los telescopios pero también a simple vista.

Con paisajes que incluyen el desierto más árido del mundo y la exuberante Patagonia en el sur, Chile es un destino cada vez más apetecido por el turismo. El año pasado, el país registró más de 5,7 millones de visitas, muchas de ellas motivadas por el Plan Estratégico diseñado hace tres años para posicionar al país como un destino internacional de astroturismo.

Cada vez más alternativas

Emplazadas sobre todo en el norte y el centro de Chile, son cada vez más las alternativas de turismo astronómico que ofrece el país. Desde pequeños observatorios de aficionados hasta los patios de hoteles, la industria de los telescopios está en auge. Pero la mayor oferta se concentra en el norte del país en el desierto de Atacama, donde además se ubican los principales observatorios del mundo, que mediante cita previa pueden ser también visitados.

Especialmente relevante es la actividad en torno al pintoresco pueblo de San Pedro de Atacama, en pleno desierto, convertido en uno de los sitios más visitados del país, donde la oferta de turismo astronómico es extensa y se combina con la visita a lugares únicos, como el Valle de la Luna, lo más parecido a Marte que hay en el planeta Tierra. «La gente busca tener la posibilidad de tener un cielo completamente despejado y aprovechar la experiencia de darse cuenta de lo inmenso y lo importante que es saber más sobre estos temas», reflexiona Lara.

Un lugar único

Los despejados cielos que cubren el desierto de Atacama, el más árido del mundo, convirtieron a Chile en el epicentro de la astronomía mundial, concentrando cerca del 45% de la observación astronómica en los diferentes observatorios que jalonan sus arenas, como el Paranal -que alberga al telescopio óptico más potente del planeta- o el radiotelescopio ALMA. Con la inauguración de gigantescos proyectos hoy en construcción, como el Telescopio Gigante de Magallanes (GMT) o el Telescopio Europeo Extremadamente Grande (E-ELT), se espera que Chile concentre el 75% de la observación astronómica mundial a partir del próximo año.

Ubicado a 5.100 metros de altura, uno de los lugares más espectaculares para la observación astronómica es el llano de Chajnantor, en las cercanías de San Pedro de Atacama. Sus cielos excepcionalmente secos y claros, con un escasísimo nivel de lluvia, son ideales para que las 64 antenas que conforman el radiotelescopio ALMA capten las ondas emitidas por los cuerpos celestes más antiguos y lejanos del Universo. Estos son los centros más avanzados de una red de otros observatorios como Tololo, La Silla o Las Campanas, en el norte del país.

 

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