PANDEMIA DEL CORONAVIRUS

Egipto planea un turismo a media máquina en tiempos de pandemia

junto con otros países está desarrollando ideas bajo qué condiciones podrán permitirse nuevamente la llegada de turistas: prohibición de jacuzzi, desayuno sin buffet abierto y un sector para aislar a infectados en los hoteles.

Un trabajador participa en las tareas de desinfección en Gizeh, limpiando un cartel indicador en las cercanías de una pirámide. Egipto aún mantiene sus fronteras cerradas. Pero junto con otros países está desarrollando ideas bajo qué condiciones podrán permitirse nuevamente la llegada de turistas: prohibición de jacuzzi, desayuno sin buffet abierto y un sector para aislar a infectados en los hoteles. Foto: Gehad Hamdy/dpa [ Ver fotogalería ]

Ficha

Supongamos que los turistas puedan volver a viajar a Egipto en las próximas semanas. La pandemia de coronavirus aún estaría lejos de quedar en el recuerdo y el tapaboca y los desinfectantes seguirían formando parte de la vida cotidiana. También en el avión, el taxi y el lobby del hotel al registrarse. Pero las playas en balnearios populares como Hurghada o Sharm El Sheij, que parecieron desaparecer durante el coronavirus, estarían nuevamente abiertas. Con cautela podría llegar el verano.

¿Pero sería seguro un viaje de este tipo en relación al coronavirus? ¿La calidad de unas vacaciones en la playa este año se medirán por lo bien que pudo mantenerse la distancia? ¿Y puede uno realmente relajarse en el mar o en la piscina si le preocupa que el vecino de asiento en el restaurante lo contagie? El manual de reglas para los hoteles en Egipto y las propuestas de otras naciones turísticas brindan un pequeño anticipo de cómo podrían pasarse las vacaciones en la playa en tiempos de pandemia.

El escenario en Egipto sería aproximadamente así: los huéspedes llegan a un hotel, por ejemplo en el Mar Rojo. Los empleados rocían el equipaje con desinfectante y controlan con un termómetro infrarrojo la frente de cada persona que ingresa en el edificio. En la entrada del hotel, los huéspedes ven el logo de un sol con tres jeroglíficos: una certificación de que en el establecimiento hay un médico y trajes protectores suficientes, así como una especie de clínica propia para quienes enferman de coronavirus. El certificado es concedido por inspectores del Ministerio de Salud.

El hotel parece funcionar en «modo piloto»: no hay fiestas, casamientos ni shows para entretener a los huéspedes. Asimismo están cerrados los yacuzzis, los baños turcos, las salas de masajes y los toboganes acuáticos. Mientras tanto, se eleva el contenido de cloro en las piscinas y los espacios de fitness, mientras que los restaurantes son desinfectados cada hora. El virus también modifica las costumbres a la hora de comer: en lugar de buffets abiertos, ahora hay menúes ya preparados y con suficiente distancia con la mesa vecina.

Los desinfectantes y las toallitas de desinfección se encuentran a disposición en todas las mesas. Un piso de un hotel o incluso un edificio separado se encuentra bloqueado para casos de infectados o sospechosos. Hasta ahora, estas condiciones del Ministerio de Turismo egipcio solamente rigen para recibir a los turistas locales. Sin embargo, podrían servir de modelo si se permite la entrada a los europeos.

Cuán estrictamente se seguirán las diferentes medidas dependerá también de los operadores de los hoteles. ¿Realmente los huéspedes utilizarán tantas veces como sea posible cubiertos plásticos para comer, tal como establecen las normativas? ¿Y efectivamente cada bolígrafo se empleará una única vez durante el check-in? Según el diario estatal Al Ahram, los inversores hablan de «respiración boca a boca» en vista de las regulaciones. «Es un paso para la lenta recuperación del sector», comenta Kmail Abu Ali, de la asociación de inversores para el Mar Rojo.

A partir del 1 de junio, los hoteles egipcios pueden recibir a huéspedes locales con un 50 por ciento de ocupación (el certificado necesario fue obtenido hasta ahora solamente por 18 hoteles). Se necesitan ingresos de forma urgente, porque los expertos estiman que el sector está perdiendo entradas de 1.000 millones de dólares por mes a causa de la pandemia. También en otras naciones fuertemente turísticas de a poco se perfila cómo podría transcurrir la futura cotidianeidad en vacaciones.

En Turquía los huéspedes de los hoteles deberán poder guardar una distancia de 1,5 metros tanto en las mesas como en las filas, pero también en las tumbonas en la playa. Y, según reportó el diario El País, en España se discute permitir el acceso a las playas registrándose con una app en el teléfono móvil. Además, allí podrían prohibirse los juegos de agua, los deportes y las colchonetas. En Italia habrá «managers» de Covid en los balnearios, que se ocuparán de que se cumplan la distancia y la higiene.

En la era del coronavirus, la cotidianeidad de las vacaciones echará a rodar como ya lo hicieron previamente la vida en el día a día para hacer las compras o la cuidadosa visita a un café o un restaurante. De todas maneras, el Gobierno egipcio aún quiere esperar «el momento apropiado» antes de que los turistas extranjeros puedan ingresar en el país. Al igual que en otras naciones con fuertes ingresos del turismo, a Egipto le resultará difícil determinar cuándo llegará ese punto, en algún lugar en el medio de las cifras de coronavirus que lentamente mejoran y una industria turística que aún no se desplomó demasiado profundo.

(DPA DS)

 

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