Viajes con altura
Cablecarril, ascensores y góndolas serán cada vez más habituales como medio de transporte cotidiano y turístico.
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Por Enrique Garabetyan (*)
En metrópolis como Medellín, Valparaíso o Río de Janeiro, un muy original medio de transporte se está convirtiendo en el preferido: el traslado urbano aéreo por cable. Sea en forma de cablecarril, góndola o ascensor, esta opción –que nació a principios del siglo XX– está experimentando ahora un fuerte aumento de la demanda y más ciudades la eligen como una privilegiada forma de movimiento, en la que confluyen tanto los turistas como la población local, atraídos ambos por la eficiencia del sistema y las espectaculares vistas panorámicas que ofrece.
“El transporte de personas por cable tiene su origen durante la I Guerra Mundial”, explica Jorge López Digón, consultor del Centro de Investigación en Mecánica del Instituto Nacional de Tecnología Industrial.
En las siguientes décadas fue mejorando, junto con los avances tecnológicos, pero a partir de los años 60 su uso se incrementó mucho tanto en países de Europa como en Estados Unidos y Japón.
“Se convirtieron en un clásico y todo el mundo conoce los medios de elevación que están en los centros de esquí o en espacios naturales contemplativos”, dice el experto del INTI. “No obstante, en general, están pensados para ser usados por los turistas.”
A partir del año 2000, el cablecarril y sus derivados ampliaron sus posibilidades: “Se empezaron a instalar tranvías aéreos y se desarrollaron proyectos pensados para ser usados por los pobladores de grandes ciudades, por ejemplo para reemplazar una autopista o superar valles y alturas, y cubrir las necesidades de viajes cotidianos”.
Estas opciones no sólo están probando ser más prácticas y ecológicas que un bus con motor a nafta o gasoil, sino también cumplen con otros requerimientos como ser relativamente económicos de instalar y resultar mucho más seguros que el transporte automotor tradicional.
López Digón asegura que “lo que se ve ahora en todo el mundo es que son una muy buena alternativa para moverse por la ciudad. Por ejemplo, en Buenos Aires, se podría instalar un sistema que circule sobre la General Paz y por avenida Rivadavia, y combinarlo con el subte, tren y metrobús”.
Y el experto recuerda que “estas opciones se implementaron en Río de Janeiro, donde solucionaron el problema del transporte hacia y desde los morros”. Así, un trayecto que antes tomaba una hora se hace ahora en 17 minutos. En La Paz, Bolivia, se comenzará a instalar un ambicioso proyecto similar.
En Argentina, si bien hay muchos ejemplos de cables y medios de elevación en los centros de esquí y unos pocos dedicados al paisajismo contemplativo –por ejemplo en Salta, Bariloche y Luján–, los expertos consideran que hay una excelente posibilidad de crecimiento para armonizar las necesidades de desplazamiento de los habitantes con el placer del viajero turístico.
Fotos
(*) Nota publicada en el Diario Perfil el sábado 8 de diciembre de 2012.
En buenos aires medio al pedo, y ademas los cablecarridelegados te dejan colgado
esta hermoso talbes con eso abra menos acidentes en las calles me encanto