Aguas termales, recreo y relax en Budapest

En la ciudad hay 118 manantiales naturales y artificiales. Gellert, Széchenyi, Rudas, Király y Lukács son los mejores. Fotos

Por Valeria Vizzon (*)

Lugares de encuentro para conversar entre amigos, leer el diario, jugar al ajedrez o simplemente descansar un rato de las obligaciones diarias. ¿Cafés? No; baños termales. Así como los porteños se encuentran en los bares, los habitantes de Budapest lo hacen en los baños termales. Hay muchos, casi treinta repartidos por la ciudad, y fueron los turcos quienes los construyeron entre 1541 y 1686. Tres de ellos todavía pueden disfrutarse y son verdaderos palacios de placer: Király, Rácz y Rudas.

Cuenta la historia que los celtas –primeros pobladores– bautizaron la zona como Ak-Ink (aguas abundantes), y que fueron los romanos quienes latinizaron el nombre y lo denominaron Aquincum. Hoy existen 118 manantiales –tanto naturales como artificiales– en Budapest: 70 millones de litros de agua termal a temperaturas entre 20 y 80 grados, donde por poco dinero –menos de diez euros– es posible disfrutar de piscinas cubiertas y descubiertas, baños turcos y medicinales, y hasta servicios médicos. Por estas razones se la reconoció oficialmente como “la ciudad de los balnearios”.

Los maravillosos cinco –Gellert, Széchenyi, Rudas, Király y Lukács– integran el conjunto de los mejores baños termales de la capital de Hungría. Las esculturas, los mosaicos y la elegante piscina rodeada de columnas constituyen algunas de las características principales de Gellert, construido en 1918 en estilo art nouveau. Escenario de numerosas publicidades, cuenta con nueve piscinas terapéuticas, una con olas, otra con burbujas y una piscina infantil. Abre todos los días y es uno de los más caros (13 euros).

El mayor y más turístico de Europa es Széchenyi, con 15 piscinas –tres de ellas al aire libre– y el único que se encuentra en la zona de Pest. Cuenta con saunas, baños de vapor y salas de masajes costo (diez euros).

Muy similares a los que pueden encontrarse en Turquía son los baños de Rudas, con una piscina octogonal coronada por una gran cúpula rodeada por piscinas más pequeñas, a diferentes temperaturas. Además, dispone de distintos saunas, en los que se va incrementando la temperatura, para finalizar en una sala con baldes de agua helada que cae tirando de una cuerda. De esta manera, es posible tonificarse y mejorar la circulación. Abierto lunes, miércoles y viernes sólo para hombres, y martes sólo para mujeres. Valor: 13 euros.

Király es uno de los pocos baños de Budapest cuya fuente termal, construida por los turcos en 1565, proviene de los baños de Lukács. Lunes, miércoles y viernes es frecuentado por público gay. Martes, jueves y domingo, mujeres. Valor del ingreso: cinco euros.

Rodeado de un arbolado parque se sitúa Lukács, uno de los menos frecuentados por el turismo y elegido por intelectuales y artistas de la ciudad en la década del 50. En total tiene siete piscinas, cinco de las cuales son termales. Se encuentra en Buda, frente al sur de la Isla Margarita. Abre de lunes a sábado, y domingos de mañana. Ticket: siete euros.

En la noche de los spa,ojotas, toallas y trajes de baño son los tres elementos infaltables en las fiestas electrónicas en las termas de Budapest. Las más famosas se convierten en grandes y elegantes discotecas acuáticas. Por un precio accesible, los baños se transforman en espacios nocturnos de diversión donde predominan la música y las luces. Uno de los pioneros fue Rudas, con pool parties con iluminaciones espectaculares, sesiones musicales a cargo de famosos DJs, pantallas gigantes, espectáculos láser, lluvias luminosas y bailarinas mojadas. La más famosa es Cinetrip Sparty, que se efectúa varias veces al año.

(*) Nota publicada en el Diario Perfil el sábado 15 de diciembre de 2012.

 

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