Oxford versus Cambridge

Compiten en rigor académico, remo, sexo y hasta borracheras. También hospedan turistas.

Desde hace unos años, tanto “Cam” como “Ox”, destinan parte de sus colleges a albergar turistas. [ Ver fotogalería ]

Ficha

Región:

Cuánto tiempo ir: días

Cuándo ir:

Con quién ir: ,

Ideal para:

El año pasado, el diario The Times publicó una lista de las mejores universidades del mundo. Como es costumbre desde hace años, los primeros cinco puestos correspondieron a casas de estudio estadounidenses. En el sexto lugar figuraron Cambridge y Oxford, las primeras universidades europeas de este top 200, y eternas competidoras entre sí.

Pero la rivalidad entre estos establecimientos milenarios –fundados en el 1200– no sólo se presenta en el plano académico: cada año, una y otra se disputan el primer puesto en la famosa regata de remo que llena Londres de adrenalina a lo largo del río Támesis, desde que se implementara la contienda académico deportiva en 1829.

Por entonces, los vencedores quemaban el bote, mientras que ahora la carrera tiene spónsors que instalan pantallas gigantes al costado del río. La rivalidad no termina ahí: una y otra se disputan el primer puesto en rubros tan insólitos como el sexo –Cambridge alega que los oxonianos tienen poco rendimiento bajo las sábanas– o la bebida –Cambridge ostenta el triste récord de albergar a los estudiantes más borrachos de Gran Bretaña.

El único rubro en el que ninguna de las dos se pone de acuerdo, y sobre todo por la incomodidad que les produce, es en el turismo. La realidad es que en un contexto de recesión europea, el turismo provee a ambas ciudades universitarias de libras frescas para mantener sus costosos edificios.

Desde hace unos años, tanto “Cam” como “Ox”, destinan parte de sus colleges a albergar turistas, que por un promedio de sesenta libras pueden pernoctar bajo el mismo techo donde solían dormir Graham Greene o el actor Hugh Grant, célebres egresados de Oxford. El sitio www.universityrooms.co.uk provee de hecho un servicio de reservas de cuartos en ambas ciudades universitarias que, en algunos casos, cuentan con baño privado y calidad “superior”.

A regañadientes, los estudiantes aceptan que sus dorms funcionen como hoteles, pero se quejan de los turistas pesados que se meten en cualquier sitio.

El cine ha contribuido a esta situación: la biblioteca Bodleian, utilizada como hospital en una de las películas de la saga Harry Potter integra el top 20 de lugares más visitados de Inglaterra.

Cansados de ser mirados como bichos raros, los estudiantes suelen vengarse con bromas pesadas. Una vez, uno reemplazó una pesada bola de cemento de las que adornan los puentes del río Cam por una de telgopor. Cuando un bote cargado de japoneses pasó por debajo, levantó la bola durante unos segundos y la dejó caer. Los aterrados japoneses se tiraron al agua y a uno le dio un infarto. Otra vez, un alumno disfrazado de turista se paró sobre el césped a sacar fotos. Un compañero que se hizo pasar por el portero le gritó que se apartara. Pero como el otro no obedeció, le disparó con una pistola. Era de juguete, pero los paseantes huyeron despavoridos y los dos estudiantes fueron expulsados. De hecho, este tipo de bromas son castigadas severamente por ambas universidades.

Antiguamente, los expulsados eran escoltados hasta la estación de tren con una carroza fúnebre y llorones contratados.

Ser alumno de Oxford o Cambridge es un privilegio que se lleva de por vida. En la primera universidad se recibieron más de cincuenta premios Nobel y 25 primeros ministros británicos, entre ellos Margaret Thatcher y Tony Blair.

Lo mismo ocurre con Cam: sólo en uno de sus colegios se recibieron 25 medallistas olímpicos. Carrozas de Fuego se filmó allí y en su patio, Newton medía la velocidad del sonido golpeándose las manos. Los alumnos de la vieja guardia no tenían papel ni libros: aprendían escuchando y en los exámenes debían argumentar en latín. A las once de la noche, se cerraban las puertas. Sólo se podía entrar escalando.

Un alumno recién graduado le confió a su rector que iba a revelarle las ocho maneras posibles para entrar a su colegio luego del toque de queda. “Se equivoca: son veintitrés”, le dijo el rector. Todavía persisten algunas reglas extravagantes: sólo los rectores pueden pisar el césped de los colegios y están prohibidos los perros y los gatos. A Lord Byron le dijeron que no podía tener su terrier, de modo que se llevó un oso.

Antiguamente, si alguien del sexo opuesto entraba a un dormitorio ajeno, tenía que permanecer todo el tiempo con ambos pies en el suelo. Otra norma de hierro era que las mucamas debían ser feas o viejas. Lo que no ha cambiado con el paso del tiempo es la fuerte presencia de las bicicletas, que se cuentan de a miles en las esquinas más frecuentadas de Cam y Ox y son el transporte preferido de los universitarios. Ambas ciudades cuentan de hecho con circuitos “bicing” –visitar http://www.cyclestreets.net– para conocer de cerca su palpitante vida estudiantil.

 

10 Comentarios en “Oxford versus Cambridge

  1. Ariel | 07/03/2012 | 19:29

    Mario, como producto de UBA, estoy parcialmente de acuerdo con lo que vos decís. Sobre todo en lo teórico, y en particular en ciencias duras (soy matemático), la formación de UBA es buena. En Exactas todavía tenemos como docentes a aquellos que se formaron en la Exactas previa a la noche bastones largos, que son muy buenos. Sin embargo, por problemas estructurales, la formación práctica es casi nula. Todos mis amigos físicos, por ejemplo, al unirse a algún programa de alguna universidad extranjera, tenían que aprender a programar, para poder correr simulaciones.
    Si queres, la UBA está más cerca del formato Oxford, que del formato Cambridge.
    Tampoco es cierto que estas universidades se financien con los undergrads. Más bien te diría lo contrario. Fijate por ejemplo el MIT. Algo menos del [41 por ciento](http://www.wolframalpha.com/input/?i=mit+undergrads+as+percentage+of+the+student+population+of+mit) de sus estudiantes son undergrads, con una matrícula de casi [41 mil dólares](http://web.mit.edu/facts/faqs.html), y casi todos recibiendo algún auxilio económico. En realidad, las grandes universidades de investigación, viven de los aportes gubernamentales y de grandes empresas, que buscan más los grads, y las investigaciones, que a los undergrads. En UBA, en cambio, la mayor parte de la población estudiantil es gente que no se va a recibir, y de recibirse, lo hace con títulos de grado equivalente a licenciatura o inferior (lamentablemente no conseguí en una rápida mirada datos para mostrar este punto, pero sé que es cierto que al menos la mitad de los ingresantes al CBC ni siquiera pasa a las facultades, y de aquellos que llegan a la facultades, son pocos los que se terminan graduando)
    Por último, puedo garantizarte que no es cierto que estas universidades vendan pinta y noble. Tengo dos licenciaturas en UBA (matemática y ciencias de la computación) un doctorado en ciencias de la computación en la universidad de Edimburgo, un post doc en el MIT y trabajé en la universidad de Cambridge. El rigor en las grandes universidades británicas y norteamericanas es enorme. En el MIT los freshman bromean diciendo que les enseñan a tomar agua de una manguera de bomberos. En la UBA muchas veces te discuten porqué es necesario estudiar matemática en el CBC si ellos se anotaron para medicina (me paso).
    Lo que quiero decir es que tenemos una buena educación pública en el nivel universitario (la universidad de quilmes, por ejemplo, es muy buena), pero por más que nos duela a los formados en UBA (y a los que queremos a UBA), es una universidad más del montón.

    • Mario | 08/03/2012 | 0:37

      Ariel, yo no soy de UBA, soy de la UTN. Tuve varios companieros que venian de UBA en la carrera de sistemas, y me contaban que la gran diferencia alla es que es mas teorica que la UTN. Pero eso no hace al fondo de la cuestion.
      Yo te puedo garantizar que las supuestas grandes universidades de norte-america en verdad no son tanto mejor. Por ejemplo, un alumno cuando entra a una carrera ya sabe en que anio se gradua. Como es posible eso? Es porque todos estudian mucho? No.. para nada. Es porque en definitiva todos terminan aprobando, de alguna forma u otra.
      El hecho que mucha gente entre al CBC y muy pocos continuen no es culpa del nivel de la universidad.
      Como vos bien pusiste ahi arriba, el 41% de los alumnos bancan al remanente para que hagan sus PhD, «trabajando» de research assistant, llenando los cupos y mostrando que esa universidad es prestigiosa por tenerlos.

  2. maria cristina | 17/03/2012 | 21:38

    Interesante los comentarios pero tengo algunas objeciones. Soy egresada de la Universidad Nacional de Córdoba. Hice post grado en Cambridge. Pero por cuestiones profesionales tuvo contacto con Yale. En realidad es muy cierto que en rigurosidad científica estas universidades estan posicionadas correctamente. Lamentablemente, por problemas estructurales, las nuestras (argentinas) van quedando relegadas. Aceptemos sin prejuicios, nadie nos relega por que sí, que hay cuestiones largo de ennumerar. Pero hay cuestiones fundamentales: nos falta disciplina y predisposición a la evaluación de los otros, nos falta humildad para hacer el salto cualitativo como universitarios. El día que asumamos que el conocimiento requiere paciencia, disciplina y total responsabilidad haremos que nuestras universidades estén entre las mejores. Nos sobra potencial.

    • Miguel | 15/04/2012 | 1:17

      tiene toda la razón, el material humano existe, pero en general carecemos de disciplina, voluntad para colaborar y odiamos que nos critiquen o pongan en duda nuestra formación. He tenido la oportunidad de haber hecho investigaciones pos doctorado en varias universidades de Europa, específicamente en los Departamentos de Derecho Penal y no vi nada extraordinario, ni siquiera en Alemania. Argentina transcurre décadas de vocación por la mediocridad y desprecio al más calificado, se ha convertido en una cuestión cultural.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

trece + dos =