MÉXICO
Un museo que atesora la enigmática cultura maya
Ubicado en Cancún, deslumbra con 3.500 piezas procedentes de diversos sitios arqueológicos.
El faraónico Museo de Cancún intenta arrojar luz sobre la cultura maya, recreando ocasionalmente algunos de sus rituales. Foto: PERFIL [ Ver fotogalería ]
Por Gustavo Emilio Rosales. Nota publicada en el Diario PERFIL el 13 de abril de 2013.
Siete años después de que el huracán Vilma devorara casi medio cuerpo
de Cancún, el flamante Museo Maya de la ciudad, a punto de cumplir su
primer aniversario, deslumbra al visitante por su acervo notable, su pulcra museografía y sus instalaciones de alto rango.
Este coloso de la conservación cultural es considerado por los expertos del territorio azteca como el segundo en importancia a escala nacional, sólo después del soberbio Museo de Antropología, que realza la de por sí elocuente grandeza del Bosque de Chapultepec –el edén predilecto del tlatoani (gobernante) Moctezuma Xocoyotzin–, en el corazón de la Ciudad de México.
Situado en un eje turístico –el Boulevard Kukulkán, a la altura del kilómetro 16,5 de la playa San Miguelito–, el Museo Maya de Cancún posee una explanada y está rodeado por la belleza del entorno marítimo, que el arquitecto Alberto García Lascurain buscó respetar por medio de un diseño de líneas puras y funcionales. En el umbral de acceso se destaca un exquisito grupo escultórico elaborado por el holandés Jan Hendrix.
El acervo correspondiente registra 3.500 piezas procedentes de diversos sitios arqueológicos de Quintana Roo, como El Meco, El Rey, Xelhá, Xcaret y Tulum. Elevado a ocho metros de altura, con el fin de eludir los estragos de las inundaciones, el ámbito de exhibición se reparte en tres amplias salas, donde el minimalismo encuentra sus mejores tonos en las alianzas que vinculan los pisos amaderados, los muros y podios albos, y los considerables espacios recubiertos con cristales de alta resistencia, que permiten atisbar el inefable paisaje de la selva de San Miguelito y la laguna mágica de Nichupté.
La primera sala ha sido concebida para mostrar un recorrido cronológico por la historia de la provincia de Quintana Roo, en la cual está asentado Cancún. Destaca en ella la exhibición de «La mujer de las Palmas», un esqueleto con 14 mil años de antigüedad, descubierto en uno de los cenotes (profundas lagunas sagradas de la selva) de Tulum.
La segunda sala es el corazón del museo y muestra el devenir de la vida cotidiana, el desarrollo de artes y oficios. Por último, la tercera sala está dedicada a las exposiciones temporales, que buscan incorporar hallazgos recientes y nuevos enfoques. Un auténtico deleite es descubrir que este museo permite el acceso directo hacia la zona arqueológica de San Miguelito, uno de los núcleos que preservan el encanto aún vivo de este prodigio cultural.