Buenos Aires: Gauchos y pasturas
A 150 km. de la ciudad, vida al aire libre, un destino rico en tradiciones y sabores autóctonos.
San Pedro, que cuenta con desembarcaderos, clubes de pescadores y puestos para actividades náuticas. [ Ver fotogalería ]
Descanso más tradiciones rurales: San Antonio de Areco es el destino ideal. Que el poeta Ricardo Güiraldes, autor de Don Segundo Sombra, haya nacido aquí, es indicador de las raíces gauchas de estos pagos, sobre los que más tarde María Elena Walsh compuso ese poema musical de gorriones, horneros y bailes con asado, que comienza con “Pasto verde, pasto seco/ en San Antonio de Areco”. Apenas a 113 km de Capital Federal, este universo de pasturas, guitarras y caballos invita a caminar pausadamente por las calles del pueblo, detenerse a tomar cerveza artesanal, chocolate casero y algún buen alfajor, y después entrar en la fresca iglesia dedicada a San Antonio de Padua y en la antigua estación de ferrocarril. Se puede hacer mucho más: sesiones de fotos en el Viejo Puente; una imperdible visita al Museo Gauchesco Ricardo Güiraldes y a la Pulpería La Blanqueada, de más de 150 años de existencia; shopping por los negocios de antigüedades, talabarterías, platerías y productos regionales.
Fuera del casco de San Antonio de Areco, en un radio de 10 km, muchas estancias se abren al turista, con polo, golf, turismo rural entre sembradíos, animales y huertas, cabalgatas y spa al aire libre. La mayoría de ellas ofrecen un plan de día de campo (con suculentos almuerzos y meriendas), o bien, la posibilidad de relajarse en algunas de las espaciosas habitaciones de fines del siglo XIX, remodeladas para las necesidades del visitante de hoy. Y como vida rural y lujo no van reñidas, el precio de hospedaje en estancias para una pareja puede llegar a los $ 900 tranquilamente, para pasar un fin de semana con todo: hidromasaje y el trinar de los pajaritos.
¿Cómo llegar? Hay micros, combis y servicios puerta a puerta. En auto: acceso Norte, ramal Pilar, RN 8 hasta el km 112,5 donde se encuentra la entrada hacia Areco.
El Palmar y San Jose
Un paisaje inverosímil se levanta a menos de 400 km de Buenos Aires: en la planicie que bordea el río Uruguay, un sinnúmero de palmeras yatay mueven sus mechones al viento, como un ejército de fantasmas verdes e inmóviles. Allí, a la altura del poblado de Ubajay, provincia de Entre Ríos, a 54 km de Colón y a 60 de Concordia, el Parque Nacional El Palmar ocupa 8.500 hectáreas. El acceso se realiza por el km 198 de la RN 14. En el Parque, se puede transitar a pie, en bicicleta o en vehículos. El paseo puede durar un día o bien prolongarse durmiendo dentro del camping, con servicios y proveeduría.
En el lugar, no sólo hay palmeras sino también arroyos, pastizales y zonas boscosas donde viven pájaros carpinteros, ñandúes, lagartos overos, zorros de monte y todo un repertorio zoológico que fascina a los niños (y a los grandes, también). En Ubajay, además, un antiguo y pequeño tren circula entre la vegetación y zonas agrícolas, y recuerda las historias de los judíos que hicieron crecer este bello rincón en el mundo.
En la zona, a 35 km de allí, la ciudad de San José reúne diversos atractivos: rastros históricos de quien fuera su fundador, Justo José de Urquiza; un complejo termal, balnearios sobre las playas del río y diversos campings.Además, un museo que recoge el pasado inmigratorio italiano, francés y suizo, que hizo de San José la primera colonia agrícola de la Argentina, allá por la década de 1850.
Para quedarse a dormir, en todas las ciudades de alrededor –ninguna a más de 50 km, como la propia San José, Colón, Concordia, o Concepción del Uruguay– hay hoteles, desde muy sencillos a muy bien acomodados, en los que por $ 300 se puede encontrar una buena habitación doble. Y sobre las rutas, invitan a descansar diversas cabañas y bungalows.
La verdad que no deja de asombrarme que la pelea porteños-interior siga tan vigente. Es cierto que el título de la nota está mal porque hace referencia sólo a una parte del artículo, ya que luego habla de Entre Ríos. Pero quiero contestarle a los que dicen que los porteños somos el puerto y nada más. Ud piensa que sólo prestamos servicios? También tenemos industria! Yo trabajo en un lab farmacéutico y se asombrará al saber que la gran mayoría de los laboratorios que elaboran y acondicionan medicamentos están instalados en la CABA. También hay pymes metalúrgicas y empresas de tecnología, fabricantes de programas informáticos, etc, entre otras industrias. Es cierto no tenemos campos, no fabricamos vinos, ni sembramos soja, los pocos terrenos baldíos los tenemos ocupados con villas emergencias con gente que vino del exterior y del interior-y que después tienen hijos porteños, claro está-. Cada provincia y ciudad tiene su industria, y no nos subestime, también tenemos las nuestras. Creer que el país real es sólo las provincias también es una visión sesgada. El país real somos todos, cada uno en su lugar. Seamos menos resentidos y tiremos todos para el mismo lado, que ya de divisiones y antinomias estamos hartos, por lo menos, yo estoy podrida de que todo sea un Boca-River.