NOROESTE ARGENTINO
De vuelta a los Valles
Salta es un festival para los sentidos. Cascadas naturales, quebradas increíbles y todos los tonos de una tierra pródiga. Fotos
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Por Valeria Vizzon. Nota publicada en el Diario PERFIL el 11 de mayo de 2013.
Cafayate y Cachi. Dos palabras y una fórmula casi mágica: 20 kilómetros de recorrido, tres rutas –dos nacionales, una provincial–; paisajes lunares, pequeños caseríos, quebradas, formaciones de arenas blancas, viñedos, cerros rojizos y dos localidades que brillan y atraen turistas que van en busca de tranquilidad, lujo chic, ruinas prehispánicas y buen vino.
La vuelta completa a los Valles Calchaquíes no tiene precio, bien vale la pena tomarse unos cuantos días y recorrer estos kilómetros sin prisa, dejándose sorprender por la geografía y la historia.
Punto de partida
La ciudad de Salta es el punto de inicio y la Ruta Nacional 68 el camino que une los 189 kilómetros que la separan de Cafayate, kilómetros que no deben ser medidos como si fueran recorridos en la Pampa Húmeda, ya que es un trayecto de curvas y contracurvas, propio de un paisaje que quita el aliento.
Un festival para los ojos es la Quebrada de las Conchas, una sucesión de formas caprichosas que recuerda, por su color rojizo, al Cañón del Colorado. El Anfiteatro, El Fraile, La Casa de los Loros, El Obelisco y Los Castillos son algunas de ellas. En contraste, a 6 kilómetros de Cafayate sorprenden las formaciones de arenas blancas y finas de los Médanos.
La ciudad del torrontés
Cafayate hace honor a su nombre, que en lengua kakana significa “pueblo que lo tiene todo”. Con sus cerros de varias tonalidades, el río Colorado y sus siete cascadas naturales, viñedos y bodegas –tanto de torrontés, por lo cual se hizo conocida a nivel mundial, como también de otros varietales–. Y desde marzo de 2011 el Museo de la Vid y el Vino, un espacio innovador dedicado a ese mundo, emplazado donde antes estaba el antiguo museo local. Para quienes deseen conocer los orígenes, se recomienda una visita al Museo Arqueológico Rodolfo Bravo, que guarda más de mil piezas históricas.
Por Las Flechas a Cachi
Son como lanzas que salen de las entrañas de la tierra y unen pueblitos encantadores como Animaná, San Carlos, Angastaco, Molinos, (que cuenta con una bella iglesia) y Seclantás. Pueblos de casa de adobe y calles de tierra se suceden en la bellísima Quebrada de las Flechas, y resultan la antesala perfecta para llegar a Cachi, a 165 kilómetros de Cafayate.
A 2.280 metros de altura, y a los pies del nevado que da origen al nombre del pueblo, se encuentra esta ciudad de casas blancas, que parecen recién pintadas, calles empedradas donde es posible alojarse en hoteles boutique que están en sintonía con el paisaje, y restaurantes que ofrecen platos que fusionan la cocina andina con la gourmet. En el epicentro, resalta la plaza que, al estilo calchaquí, fue construida con piedras y pircas bajas; enfrente, la Iglesia de San José, restaurada en 1947.
De regreso
Si los kilómetros que separan Salta de Cafayate atesoran la Quebrada de las Conchas, el trayecto que une Cachi con la capital de la provincia no se queda atrás en cuanto a su variedad paisajística. En total son 157 kilómetros para no descansar la vista: Payogasta, una antigua población de origen indígena cuyo nombre significa “pueblo blanquecino”; la famosa recta de 19 kilómetros de Tintín que, trazada a unos 3 mil metros de altura, permite apreciar el paisaje de la Puna y la Cuesta del Obispo, 20 kilómetros de ruta en forma de zigzag que llega hasta los 3.620 metros en Piedra del Molino. Desde allí, el paisaje conmueve, como en el resto de los Valles Calchaquíes.
INFORMACIÓN ÚTIL
- Cómo llegar: se consiguen tickets a la ciudad de Salta desde $ 1.109 más impuestos.
- Dónde dormir: en la capital de la provincia es posible alojarse en un hotel tres estrellas por $ 500 la doble estándar. En Cafayate y Cachi hay opciones desde $ 300. Los tres sitios cuentan con hostels muy bien organizados y económicos.
- Excursiones: las agencias de viaje ofrecen excursiones que hacen la Vuelta a los Valles con almuerzo en Cachi y una noche de alojamiento en Cafayate. La otra posibilidad es hacer el viaje en auto. El transporte público une esas localidades pero con pocos servicios diarios.
Estruve en elk verano del 2011, es un lugar que no tiene desperdicio. El unico problema de ir en verano es no funciona durante el verano el tren a las nubres el resto, es espectacular y hay que ir y vivirlo, la gente y los lugares son imperdibles¡¡¡¡¡