CRISOL DEL MUNDO
Queen es el mejor distrito para entender por qué la Gran Manzana sigue siendo sinónimo de urbe global.
Queen es el mejor distrito para entender por qué la Gran Manzana sigue siendo sinónimo de urbe global. Foto: Perfil [ Ver fotogalería ]
Por Seth Kugel (*)
¿Se acuerda del viejo Nueva York, donde los inmigrantes se esforzaban, las culturas chocaban y los restaurantes de comida étnica estaban llenos de clientes de distintas procedencias, no de amantes de la comida que sacan fotos para Instagram? ¿Recuerda cómo era antes de que el comercio de Manhattan se diluyera con H&M y Starbucks y de que Brooklyn se convirtiera en mitad patio de juego de “hipsters” y mitad sustituto de suburbio?
Ese espíritu sigue viviendo en Queens, donde las fuerzas del aburguesamiento poblacional apenas han mordido los confines del municipio más extenso de la ciudad, hogar de 2,2 millones de personas de (al parecer) 2,2 millones de ascendencias. Hollywood acapara las relaciones públicas, pero uno de los vecindarios más vigorosos de Queens alberga los estudios Kaufman Astoria, donde los hermanos Marx filmaron Animal Crackers en 1930.
Administrado independientemente, el Museo de la Imagen en Movimiento no sólo exhibe cosas de cine y televisión (como el traje espacial de Mork de Ork), sino también de entretenimiento digital, incluyendo maquinitas de Donkey Kong, Invasores del Espacio y Ms. Pac Man. Famoso como vecindario griego, Astoria ahora es ampliamente diverso, con colombianos, brasileños y eslavos, así como un importante distrito comercial de gente de Oriente Medio en el extremo norte de Steinway Street, conocido como Barrio Egipcio, lleno de bares informales de shisha.
Salga del metro en Roosevelt Avenue-Jackson Heights y habrá entrado en una tierra de diversidad que previamente asumía metafórica. ¿De qué otra forma se puede explicar el letrero que dice “Bangladesh Farmacia” o un espacio donde se cierra un negocio guatemalteco y es reemplazado rápidamente por una tienda rusa de productos delicatessen?
Habitualmente, cuando las casas de gente famosa se convierten en museos, sus directores se esfuerzan por recrearlas con decoración apropiada del período. Este no es el caso de la Casa de Louis Armstrong, que quedó más o menos congelada en el tiempo cuando el gigante del jazz murió mientras dormía, en la misma cama que verá allí, en 1971. Su esposa, Lucille, dejó casi todo intacto, hasta las grabadoras magnéticas de cassette de la oficina-estudio de Satchmo, su botella de colonia y los accesorios de baño dorados.
En el multifacético Queens también puede visitar el Flushing Meadows-Corona Park: vague por el mayor parque del municipio, que auspicia eventos deportivos. Después, vaya al Museo de Arte de Queens, hogar del Panorama de la ciudad de Nueva York, una impresionante maqueta a escala de los cinco distritos, con 895 mil casas y edificios, que incluye hasta aviones despegando del Aeropuerto Internacional La Guardia.
(*) The New York Times /Travel. Nota publicada en el Diario PERFIL el 18 de mayo de 2013