Claves para viajar seguros y saludables

Por Verónica Martínez. Nota publicada en Diario PERFIL el 25 de mayo de 2013.

Planificar un viaje requiere pensar en pasajes, hoteles, traslados, excursiones, documentación y una buena asistencia al viajero. Pero antes de embarcarnos en la aventura, ¿consideramos que una travesía por el “pulmón del planeta”, el Amazonas, puede convertirse en una pesadilla si no se aplican las vacunas contra la malaria, la fiebre amarilla o la hepatitis A?

El avance de la ciencia en materia de infectología ha llevado a crear la medicina del viajero. La especialidad ayuda, entre otras funciones, a la prevención de enfermedades mediante el diagnóstico de situaciones de riesgo a las que pueden verse expuestos los turistas, contemplando factores como la edad y el sexo del pasajero, la historia clínica y el estado actual de salud, los destinos a visitar, el tipo de viaje y alojamiento durante la estadía y hasta el nivel de intercambio con las comunidades locales.

Entidades como la Sociedad Latinoamericana de Medicina del Viajero (www.slamviweb.org/es), la Asociación Española de Vacunología (www.vacunas.org/es) y la guía local Escala Inicial (www.escalainicial.com.ar), dirigida por el doctor Daniel Stamboulian, recomiendan consultar a un especialista entre cuatro y ocho semanas antes de emprender un viaje para poder alcanzar una correcta inmunización, porque en algunos casos son necesarias más de una dosis de vacunas. En el ámbito de la salud pública,  funciona un centro de medicina del viajero en el hospital porteño Francisco Muñiz. Sin riesgos. Más allá de formar parte del calendario sanitario obligatorio, ciertas vacunas actúan como excelentes aliados de viaje.

En términos generales, resulta clave que los niños estén prevenidos contra enfermedades como poliomielitis, tuberculosis, tos convulsa, influenza B, hepatitis A y B, HPV, gripe, neumococo, difteria, tétanos, paperas, sarampión y rubéola. Estas últimas cinco vacunas también están indicadas para los viajeros adultos. Los mayores de 65 años y quienes padecen enfermedades crónicas deben vacunarse contra la gripe y el  neumococo, mientras que las embarazadas requieren un diagnóstico particular.

Por su parte, los mochileros tienen que prever las vías de contagio a través del agua y los alimentos –que pueden originar hepatitis A, cólera y fiebre tifoidea–, y el contacto con la naturaleza.  Asimismo, es necesario informarse sobre situaciones sanitarias puntuales, como algunos países del Sudeste asiático o Bolivia que exigen vacunación contra la fiebre amarilla. Pequeños sacrificios preventivos para un viaje sin contratiempos.

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