RELATOS DE VIAJEROS
Un oasis perdido en el desierto costero de Perú
«Son los primeros días de enero y Huacachina se ha vuelto un estupendo paraje de nuestra travesía por el Perú». Un nuevo relato de viajero.
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El pueblo de Huacachina (también llamada laguna de Huacachina) es un exótico oasis en la costa suroeste del desierto peruano. Un paradisíaco lugar en medio y en los profundo de las altas dunas de arenas blancas, con más hoteles y albergues turísticos que casas. [ Ver fotogalería ]
Por Diego Ignacio Almonte. Especial para Turismo/Perfil.com
(…) Sin importar quedar todo arenado, ya quería que nos llevaran a las siguientes dunas y repetir de vuelta el proceso. Al cabo del segundo o tercer desliz cuesta abajo comencé a tener el control y algo más que técnica. Fue ahí donde nos hicimos nuestros primeros amigos de la aventura: Una pareja de ecuatorianos, un grupo de argentinas y dos franceses.
Mi estadía en Huacachina después de esa tarde fue en ascenso. En los días sucesivos nos mudamos a un camping con nuestras carpas, donde alojaban nuestros recientes amigos, sin dejar de faltar a las piscinas de los hoteles (a veces de forma ilegal, pues nadie controlaba). Y se pasó “chévere”, como decía una de las chicas ecuatorianas de ahí.
En el camping se sumaron nuevos amigos, mochileros de diferentes lados: una española (Barcelona), dos cordobeses y un brasilero. Fue así como las noches se volvieron fogatas, el silencio en guitarreos, los piscinazos durante día en excursión nocturnas por las dunas, las comidas insípidas a fuego lento en pizzas caseras entre amigos, las historias y conversaciones en altas risas y por sobre todo, mucha diversión.
Es por eso que creo, en lo personal, que Huacachina se convierte en un excelente lugar y un punto turístico ideal donde allegarse y conocer nuevos amigos; que a pesar de estar escondido en el desierto y entre ciudades, vale la pena encontrarlo. Sin nada que envidiar a los oasis del medio oriente y oriente próximo.
Al cabo de tres días tuvimos que continuar (mi compañero de viaje y yo). Después de todas las anécdotas vividas aquí, tuvimos que seguir con nuestro increíble periplo. Pues nos esperaban nuevos puntos turísticos y personas todavía por conocer. Y muchas cosas en lo puntual por escribir. Llevándonos de Huacachina no sólo buenos momentos, nuevos amigos y un tono más bronceado, sino también una mochila llena de historias interesantes que contar.
GALERÍA DE IMÁGENES
Que lugares hermosos hay en el mundo,lástima que el hombre se va a encargar de aruinarlo…