Liubliana, grandeza en vivo

La pintoresca capital eslovena tiene todo lo que el viajero desea ver en el Viejo Continente. Fotogalería.

Nueva vida. Durante la Segunda Guerra Mundial, los fascistas italianos rodearon Liubliana con alambres de púas. Donde estuvo el cerco luego sembraron árboles y, en verano, locales y turistas aprovechan el buen tiempo para disfrutar al aire libre. Foto: Cedoc Perfil [ Ver fotogalería ]

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Por Rachel B. Doyle (*)

La primera ciudad de Eslovenia, Liubliana, tiene su buena dotación de encantadoras plazas del Viejo Mundo, iglesias barrocas e imponentes castillos. Pero esta capital caminable, con 280 mil habitantes, también tiene un rico paisaje. Durante los últimos años Liubliana presenció la apertura de varios museos notables, un nuevo programa público de alquiler de bicicletas y una renovación importante en el teatro de la ópera de la era de Habsburgo. Puesto que el país está rodeado por Italia, Austria, Hungría y Croacia, la cocina nacional acusa muchas influencias; además, los restaurantes más recientes están superando la nobleza y volviéndose creativos con comida eslovena tradicional.

En la ciudad hay facetas fuera de lo común, como Ciudad Metelkova, una agrupación de clubes y galerías inaugurada dentro de un complejo de ex edificios militares luego que Eslovenia declarara su independencia, en 1991. En otra parte, remanentes de un muro romano construido alrededor del año 15 d.C. comparten una vereda con cuadrados edificios comunistas de oficinas y mansiones art nouveau de tiempos austrohúngaros. Tales yuxtaposiciones contribuyen al encanto de la ciudad.

PRIMER DÍA. DE LAS BARRACAS AL GULASH

El nuevo barrio de museos de la ciudad ha convertido en espacios culturales varias barracas del siglo XIX que alguna vez sirvieron a los ejércitos austrohúngaro y yugoslavo. La incorporación más reciente, el Museo de Arte Contemporáneo Metelkova (Maistrova Ulica 3, 5 euros), se especializa en arte multimedia de vanguardia de Europa Oriental y también alberga una sección de punk esloveno.

Luego se puede cenar en el espectacular Gujzina (Mestni Trg 19, que sirve platos de Prekmurje, una región que colinda con Hungría y que es celebrada por su gastronomía). Las especialidades de la casa son el Prekmurje bograc, un gulash tradicional con carnes condimentadas de res, cerdo y venado (6,50 euros). Los transeúntes a menudo frenan a medio paso para husmear los hojaldres de la vidriera, principalmente el gibanica de tres pulgadas de altura.

Tal vez tenga tiempo de asistir al Teatro Nacional Esloveno, Opera y Ballet Liubliana, que volvió a abrir luego de una restauración de 42 millones de euros. El edificio de 120 años cargado de querubines y frescos es grandioso, con una fachada neorrenacentista de color rosa y copiosas esculturas de mármol. Los programas tienden a los clásicos, como el ballet sinfónico Romeo y Julieta de Sergei Prokofiev, pero también hay estrenos de obras más nuevas.

En Eslovenia hay decenas de productores de vino artesanal que fabrican etiquetas a la par de la vecina Italia. Empiece su lección sobre vinos locales en Dvorni Bar (Dvorni Trg 2), donde los clientes escogen entre aproximadamente ochenta variedades que se venden por copa, como un vigoroso tinto Teran de la región Karst (2,90 euros), y chocan copas en una sala con bosquejos de caricaturas en la pared y jazz en los parlantes. Vinoteka Movia (Mestni Trg 2), del otro lado del río, también es un sitio acogedor y ofrece muchos vinos de la bodega Movia, de 192 años de antigüedad.

SEGUNDO DÍA. MERCADOS Y DISEÑO LOCAL

Un frugal desayuno (café con un hojaldre) en Kavarna Union (Miklosiceva Cesta) se ambienta en una cafetería de fin de siglo con candelabros de cristal y retratos de aristócratas. Para después pasear por la zona, conociendo el paisaje local de la moda de Liubliana. Koda 386 (Tavcarjeva Ulica 4) vende ropa y accesorios de tres originales etiquetas eslovenas: Nina Susnjara, M* Faganel y Firma by Sanja. Al lado, Marjeta Groselj ha estado fabricando elegantes y coloridas bolsas de mano durante 46 años (entre 200 y 640 euros), mientras que Akultura, del otro lado de la calle, se enfoca en creaciones hechas con suave piel de cordero.

Un paseo por el bullicioso Mercado Central de la ciudad abre el apetito. Allí los vendedores ofrecen todo tipo de cosas, desde calabaza hasta paté de caballo. Valentin es un emporio de pescado, que en la parte de atrás tiene un restaurante de mariscos (6 euros). Espacioso, verde y lleno de mansiones de hace siglos que funcionan como instituciones culturales, el Parque Tivoli es un idílico escape dentro de la ciudad.

Deambule hacia el Museo Nacional de Historia Contemporánea de Eslovenia (Celovska Cesta 23; 3,50 euros), situado dentro de una mansión barroca de 1755, y que enseña sobre los momentos finales del imperio austrohúngaro, los efectos de las dos guerras mundiales, el año de Eslovenia como parte de la ex Yugoslavia, y la declaración de independencia del país en 1991. Después, visite el peculiar proyecto público “Library under the Treetops”, que ofrece sillas y medios de comunicación impresos en varios idiomas a los que pasan frente al estanque Tivoli.

TERCER DÍA. MEDALLAS

Únase a los veinteañeros que se juntan para el desayuno-almuerzo en Kavarna Rog (Petkovskovo Nabrezje 67), un café que abrió hace dos años con bicicletas dibujadas en las paredes y tentadoras ofertas. Luego revise medallas militares yugoslavas, broches con joyas, relojes antiguos y retratos de Tito (entre otros artículos) en el vigoroso mercado de pulgas dominical del paseo costero Cankarjevo Nabrezje (hasta las 14).

En mayo, Liubliana incentiva un programa público de alquiler de bicicletas que se llama Bicikelj (en.bicikelj. si; un euro el registro por una semana). Luego de registrarse en la página de internet, tome una bicicleta plateada en una de las treinta estaciones y pedalee hacia el Camino de la Remembranza y Camaradería, de 32 kilómetros, que tiene una notable historia. Durante la II Guerra Mundial, Liubliana pasó más de tres años encerrada por cercas de alambre de púas construidas por los fascistas italianos ocupantes. Luego se plantaron 7.400 árboles donde estaban las cercas, y se convirtió en un circuito conmemorativo alrededor de la ciudad.

GALERÍA DE IMÁGENES

DATA. Liubliana, la capital de Eslovenia, tiene apenas 163 km2 y 270 mil habitantes. En 1991 se independizó de Yugoslavia. Hospedaje: El elegante Vander Urbani Resort (Krojaska Ulica 6) es un hotel boutique en el encantador Casco Viejo. Tiene 16 habitaciones, clases de yoga y bicicletas para huéspedes. La doble arranca en 135 euros. Más info: En el Centro de Información Turística Eslovena (Krekov Trg 10) ofrecen mapas para recorrer la ciudad.

(*) The New York Times/Travel. Nota publicada en Diario PERFIL el sábado 1 de junio de 2013.

 

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