Locos por las compras en São Paulo
A diferencia de otras ciudades de la moda, la zona glamorosa de São Paulo ofrece opciones para todos los gustos.
A diferencia de otras ciudades de la moda, la zona glamorosa de São Paulo ofrece servicio y forma el gusto de sus clientes. [ Ver fotogalería ]
Las elegantes mujeres que caminan por la calle Oscar Freire, tal vez para entrar a la boutique de calzado Melissa, se ven tan sofisticadas que esta parte de São Paulo podría ser cualquier centro de la moda del mundo, con clima más agradable y florecientes árboles verdes en la vereda.
En comparación con otros países (Rusia, con tiendas departamentales que se elevan desde calles grises; India, con caóticos mercados, y China, con vastos y muchas veces vacíos centros comerciales), São Paulo es un enjambre de comercio glamoroso.
La compañía de cualquier mujer inteligente que almuerce en Maní, un restaurante inventivo y de onda, no sólo es el último celular sino también una o dos bolsas de compras con el nombre impreso de marcas internacionales.
Pese a las abrumadoras barreras para recibir nuevos diseñadores, incluyendo elevados impuestos a la importación que fácilmente pueden duplicar el precio de Estados Unidos o Europa, el mercado de artículos de lujo ha estado en auge desde los días en que Daslu, una tienda de São Paulo abiertamente elitista, cautivó por primera vez a los clientes brasileños de artículos finos.
Para finales de los años 90, la tienda era un oasis de indulgencia y meca de las marcas internacionales. Natalie Klein (NK), la cadena de elegantes tiendas multimarcas de São Paulo y Río de Janeiro, dice que en 1997 en Brasil era una nueva idea ofrecer “lujo con onda”, lo que significa moda no ostentosa. Su tienda instruyó a las clientas sobre la cultura moderna de la moda, estimulándolas para que probaran experiencias nuevas. Se enfocó en “los ciudadanos del mundo, que viajan y quieren ropa más sofisticada”.
Al igual que cualquier negocio de Brasil, la tienda NK resuena con una palabra clave: servicio. “La relación con las clientas es cercana, personal”, dice la Sra. Klein. “Aprendemos de ellas, las guiamos y confían en nuestra dirección”, precisa. Este es uno de los desafíos para las marcas estadounidenses y europeas con tiendas en Brasil.
“El servicio se ha convertido en un factor crucial en Brasil”, dice Carlos Jereissati Filho, presidente y director ejecutivo del grupo Iguatemi, que opera 13 centros comerciales en el país. “Las grandes marcas necesitan ver más lo que pasa a su alrededor.
Tienden a tener ‘una estrategia para todos’, pero Brasil es muy distinto a Oriente Medio y a Asia. Las cosas son muy caras, y eso crea un mercado difícil. Para vender, necesitas dar un servicio impresionante, y eso es lo que Brasil tiene para ofrecer”, explica.
Ir de compras se ha convertido en parte de la cultura de Brasil. Pero los centros comerciales de lujo no se extienden más allá de ciudades como São Paulo, Río y Brasilia. Eso deja el campo abierto para Farfetch.com, una página de Internet que maneja ventas en línea de 80 tiendas de todo el mundo y 25 de Brasil. Su dirección brasileña, Farfetch.com.br, fue presentada hace un año y ofrece una mezcla de 2 mil marcas globales y cincuenta diseñadores brasileños de ropa fina.
José Neves, director ejecutivo de la compañía, encuentra un mercado distintivo en Brasil al que llama “sofisticado e impulsivo”. Señala una clase media de rápido crecimiento y un consumidor que “gasta mucho”.
Susanne Tide-Frater, directora de marca y estrategia de Farfetch, explica otro factor crucial. Como ex directora creativa de las tiendas departamentales londinenses Harrods y Selfridges, considera que los clientes latinoamericanos tienen otro espíritu en comparación con los compradores de países occidentales cansados del mundo.
“Pagan gustosamente 80 por ciento más, siempre y cuando reciban productos actuales en tiempo real”, explica la Sra. Tide-Frater. “Brasil es fantástico porque tiene una economía en auge y un verdadero deseo por la moda”, agrega.
Por Suzy Menkes, The New York Times /Travel
Nota publicada en el Diario PERFIL el 7 de abril de 2012
Lo que no dice la nota es que la dueña de Daslu, Eliana Tranchesi que murió hace poco de cáncer a los 56 años, estaba condenadaa 94 años de prisión por formación de cuadrilla, contrabando, evasión de impuestos etc.
Eliana Tranchesi foi presa pela Polícia Federal em 26 de março de 2009 após a condenação a 94 anos de prisão pelos crimes de formação de quadrilha, contrabando e falsificação de documentos, descobertos na Operação Narciso, em 2005.