Arrivederci a los grandes cruceros en Venecia

El gobierno italiano ya no permitirá la entrada de grandes embarcaciones en la ruta que pasa por Piazza San Marcos.

En noviembre de 2014 entra en vigor la prohibición para las embarcaciones de más de 96.000 toneladas, hasta 300 metros de largo y 15 pisos. Foto: dpa [ Ver fotogalería ]

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Para decenas de miles de turistas, es lo más esperado del crucero: la lenta llegada al puerto de Venecia, con vistas a la plaza de San Marcos, el palacio ducal y compañía desde la soleada cubierta. Pero eso que tanto disfrutan los viajeros se ha convertido en pesadilla para los locales.

Tras años de protestar contra la llegada de estos «gigantes» a las puertas de su casa, parece que han tenido éxito. El gobierno italiano ha anunciado que ya no se permitirá la entrada de grandes embarcaciones en la ruta que pasa por San Marcos. Aunque la decisión está lejos de resolver todos los problemas.

«Ahora hay más limitaciones para los barcos con destino Venecia«, decía satisfecho el alcalde, Giorgio Orsoni, tras reunirse con miembros del Ejecutivo romano. En noviembre de 2014 entra en vigor la prohibición para las embarcaciones de más de 96.000 toneladas, hasta 300 metros de largo y 15 pisos. Pero ya desde enero no habrá más transbordadores que entren a la ciudad por el Canale della Giudecca y se reducirá el número de cruceros de menor tamaño. «No podía continuar esta tendencia del gigantismo en los barcos sin ponérsele límites«, dijo el ministro de Medio Ambiente, Andrea Orlando.

En los últimos años, Venecia se ha convertido en un importante puerto para los cruceros por el Mediterráneo. En temporada alta llegan a la ciudad de los canales hasta nueve embarcaciones diarias: el año pasado, cerca de 1,7 millones de turistas llegaron en uno de estos barcos a la ciudad, que recibió un total de 661 cruceros, según las autoridades. Y estos pasaban a sólo 300 metros de la famosa plaza de San Marcos.

Ciudadanos y activistas han protestado por esta tendencia al alza, nadando por la laguna o escoltando los barcos con altavoces y carteles hasta el puerto. Y es que además de lo molesto que resulta a la vista, las olas que generan los barcos estaban sacudiendo la frágil estructura de la ciudad. A lo que se suma la contaminación. Según Silvio Testa, de la iniciativa «No grandi navi», un crucero contamina igual que 14.000 coches.

El gobierno espera conseguir sólo con la prohibición a los transbordadores una reducción del 25 por ciento del tráfico y el 50 por ciento de la polución. Pero aunque para los activistas estas medidas suponen un éxito parcial, afirman que no es suficiente. «Ha sido una primera victoria, pero la lucha sigue», dice Testa.

Sin embargo, para algunos las decisiones recién tomadas han ido demasiado lejos, pues temen consecuencias negativas para la economía italiana. Matteo Zoppas, presidente de la agrupación industrial Cofindustria, prevé pérdidas para la industria marítima y el turismo y advierte del peligro de que las compañías de cruceros se despidan de Venecia para siempre. La terminal de pasajeros incluso profetiza una decadencia del puerto de la ciudad. Según afirma, en 2015 llegarán a Venecia en torno al millón menos de turistas, lo que supondría una pérdida de ingresos de 260 millones y en torno a 2.550 puestos de trabajo menos.

Fotogalería | Venecia, una ciudad para el romance

 

Un comentario en “Arrivederci a los grandes cruceros en Venecia

  1. Marta | 19/11/2013 | 14:38

    me parece una decision mas que sabia, Venecia es una ciudad unica en su tipo y hay que preservarla, hay mejores maneras de conocerlas que de arriba de un super barco que parece desproporcionado en ese entorno

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